martes, 27 de agosto de 2013

la exhortación del arzobispo Gualberti de SC, la recoge OPINION y nos invita a "un examen de conciencia" cuán culpables somos todos de la tragedia de PALMASOLA

Aún no se disipan los ecos de la tragedia que ha conmovido al país el anterior viernes, cuando se registró una matanza en la cárcel de Palmasola en Santa Cruz, donde murieron 32 personas y un niño menor de un año. Por el contrario, cuando se conocen más detalles de las causas que la originaron, la interpelación al sistema carcelario del país y a las autoridades se torna más severa y urgente para enfrentar de una vez por todas, las soluciones a un problema donde todos parece que prefirieron cerrar los ojos durante estos años.

El monseñor Sergio Gualberti convocó en su Homilía del domingo desde Santa Cruz a todos los ciudadanos y a las autoridades a realizar un examen de conciencia sobre los luctuosos acontecimientos en el penal de Palmasola. El obispo fue claro en señalar que ante la tragedia, un examen de conciencia es necesario porque todos tenemos responsabilidades, cada cual, dijo, de acuerdo a su oficio. Añadió que las autoridades por sus omisiones y negligencias y “nosotros por nuestra indiferencia o poco interés ante la situación inhumana de hacinamiento en que viven los privados de libertad”.

Las palabras del obispo de la Iglesia católica representan una gran verdad, porque los diagnósticos de la situación en las cárceles del país y en especial de la de Palmasola, fueron conocidos con demasía, es decir, que lo que ha ocurrido en este penal cruceño, no debería extrañar a nadie a no ser por el drama que esta situación ha implicado con la muerte de los presos y del menor. Es que la realidad de los hechos indicaba que en cualquier momento una situación de este extremo de violencia se podía registrar con toda la brutalidad y el dolor que han conocido los bolivianos.

En la hora de los acontecimientos y ante la falta de previsiones y de políticas oficiales, los diagnósticos reiterados ya no sirven de mucho a no ser para establecer responsabilidades y en su caso para enmendar de manera honesta los errores que se han venido cometiendo hasta el presente en cuanto a la situación carcelaria en el país. El Ministro de Gobierno anota cinco carencias que se requieren solucionar en los penales del país y que tienen que ver con la infraestructura adecuada, talleres y apoyo profesional multidisciplinario para los reos, cámaras de vigilancia, sistemas inhibitorios de llamadas y efectivos especializados para el control.

Es cierto que todo esto se necesita para que las cárceles dejen de ser lugares de extremo peligro. Lo importante es conocer de una vez por todas, cuándo o en qué momento se empezará a trabajar en todo lo que nuevamente se repite, como una certidumbre que se la conoce desde hace mucho tiempo.

Ante esta tragedia por un lado las investigaciones deben hacer conocer las circunstancias en que se iniciaron los hechos de violencia, o sea, cuál es la verdad de los grupos de poder al interior de Palmasola, quiénes participaron, las responsabilidades de la Policía, de las autoridades de vigilar el penal y otros tantos detalles, porque en base a los mismos se podrá establecer qué pasó realmente y quiénes contribuyeron a la matanza.

Como bien ha dicho el prelado católico desde Santa Cruz, ya no se puede cerrar por más tiempo los ojos ante la realidad carcelaria del país y se deben adoptar políticas urgentes e impostergables para reformar estructuralmente los centros penitenciarios.

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