sábado, 16 de mayo de 2009

Un mes después del triple asesinato en SC, todavía no hay nada claro en la investigación. persiste la policía en la tesis del enfrentamiento incierto

Se cumple un mes desde los sangrientos hechos acaecidos en el hotel Las Américas de Santa Cruz, que permitieron descubrir, en medio de una investigación poco transparente, actividades irregulares e ilegales de milicianos extranjeros.
A medida que transcurre el tiempo aparecen nuevos indicios de un cuadro aún confuso y lejos de estar completo. El fiscal del caso, Marcelo Sosa, se apresuró en implicar a personalidades cruceñas, aunque luego manifestó que sólo se trataba de “indicios” y que no existía una acusación oficial.
Además, una comisión especial de la Cámara de Diputados trabaja en una investigación que pretende desmadejar el entramado de declaraciones que realizaron los integrantes del supuesto grupo terrorista y, además, conseguir las versiones de quienes supuestamente se infiltraron en el grupo irregular.
Hasta ahora, la idea sobre los acontecimientos parece esclarecerse en lo siguiente: indudablemente un grupo de mercenarios extranjeros, comandados por Eduardo Rózsa, estuvo en Bolivia con intenciones de crear violencia. Él y dos de sus seguidores fueron abatidos a tiros, aunque todavía persisten dudas de si hubo un enfrentamiento en el citado hotel.
Queda entonces por establecer quiénes financiaron a los supuestos terroristas y es ahí, justamente, donde la investigación se entraba, avanza a
tientas. Ya se sabe que Luis Alejandro Hurtado, señalado como consejero de la Cooperativa de Teléfonos de Santa Cruz (Cotas), pagó el hospedaje y las facturas de consumo del grupo de Rózsa. ¿Quién o quiénes autorizaron y proveyeron los medios económicos para que Hurtado hiciera esos gastos? ¿Quién o quiénes pagaron los pasajes hacia Bolivia del grupo desmantelado? ¿Qué hicieron durante su presencia en el país y bajo órdenes de quiénes?
Transcurrió prácticamente un mes desde los hechos; no debería demorar mucho más, para lo que las investigaciones no deberían desviarse del tema central y para ello, la Fiscalía debe evitar que este caso sea objeto de la manipulación partidaria y mediática. Desde ese 16 de abril, hay dos personas con detención preventiva, otras dos con arresto domiciliario y no se sabe por qué acabaron con la existencia de Rózsa.

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