viernes, 6 de agosto de 2010

son muchos los factores en contra de Evo. no es explicable que nadie haga nada. y las FFAA dónde están? su misión es preservar la unidad nacional.

El entrenamiento de milicias campesinas en instalaciones castrenses ofrece una idea clara de hasta dónde tiene planeado llegar el Gobierno en su afán de acaparar el poder total en el país. Los obispos de Bolivia, por su parte, hacen una advertencia cabal de los peligros que acarrea esta actitud de los gobernantes. La Conferencia Episcopal cree que está en peligro el proceso de cambio, “por la tentación del pensamiento único, el amedrentamiento y la confrontación”.
No podría ser más oportuno el llamado de la Iglesia, en este Día de la Patria, cuando se ciernen sobre Bolivia serios peligros de disgregación social, agravados por el narcotráfico y la corrupción, problemas que se van agigantando ante la mirada imperturbable de los conductores de un régimen que literalmente se han emborrachado con el poder y cuyo apetito por acaparar más aún, parece insaciable.
Cuando Evo Morales inauguró su segundo mandato, el 23 de enero pasado, le aseguró al país que ya había pasado lo peor, pues los primeros cuatro años habían sido de afianzamiento y que tocaba el tiempo de la unidad, del entendimiento y de la construcción de un nuevo Estado. Las elecciones del 4 de abril debían constituirse en el mensaje más claro para el Gobierno de que el método de “aplastar para cambiar” debía ser modificado, pero lamentablemente no se entendió así. Desde entonces, uno tras otro se han sucedido los conflictos y los escándalos y pese a ello, no hay miras de que se detenga la persecución política, la destrucción de la institucionalidad democrática y la violación del Estado de derecho.
¿”Pandinizar” Santa Cruz? Hoy parece más factible y de hecho, el Gobierno está a un paso de izar la wiphala en la plaza 24 de Septiembre. Tumbar a los gobernadores autonomistas suena cada vez más probable y obviamente ya no existen los peligros de una reacción masiva de grandes proporciones como lo hubo en el pasado reciente. Paradójicamente, mientras se acaricia el gran trofeo en el oriente, surge Potosí, donde existen cuestionamientos de fondo al “proceso de cambio”, incapaz de generar respuestas palpables a los problemas de pobreza y marginalidad. Llevar la música a otra parte para escapar de las silbatinas es una solución momentánea. Echarse a volar para no ver Uncía, Caranavi, el narcoamauta, el alemán Smith, el senador borracho y las avionetas cargadas con cocaína es la estrategia de un caudillo que se ha confiado demasiado en su figura y en su legitimidad y que está rifando su mandato en manos de dogmáticos aventureros que no hacen más que buscar cómo se active la chispa de la violencia.
La soberbia y megalomanía de los conductores del Estado Plurinacional los llevará seguramente a desdeñar las amenazas de las que hablan los obispos, que se traducen en hechos concretos descritos arriba. Será más difícil sin embargo, enfrentar las fuerzas constrictoras que comienzan a presionar más allá de las fronteras. Ya no es un candidato en campaña el que se queja de la avalancha de cocaína que llega desde Bolivia, sino la Policía Federal de Brasil. El cerco tendido alrededor de Hugo Chávez por sus relaciones con las narcoguerrillas es otro factor que tiene que empezar a preocupar a nuestros gobernantes.

Narcotráfico, corrupción, enfrentamientos, disgregación. La Patria vive amenazas que el Estado Plurinacional mira de soslayo. (Editorial de El Dia de SC. el título es nuestro, el texto del diario cruceño)

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