sábado, 15 de agosto de 2009

Centa Reck se deja sentir algo extrañada por la reacción de la media luna con relación a las elecciones próximas

Vaya que nuestro país es en verdad una caja de Pandora, desde la que se escapan las plagas sin recelo, basta anunciar y luego todo lo que se anunció resulta hecho y definido de la noche a la mañana. En eso vemos que la Media Luna ha aprendido poco de sus errores pero que sí ha aprendido a la perfección la cartilla con la que se maneja el gobierno.

En medio de todos los cantoneos electorales, resulta que ahora poco a poco y del mismo modo que estila hacerlo Evo y sus afines empiezan a dejarnos saber que ellos los Medio luneros o Medio lunáticos, se han vuelto a organizar en equipo después de dispersarse con los hechos de Pando para jugar este nuevo partido eleccionario.

No tenemos nada en contra de los paceños como tales, ciudadanos del país como somos todos, salvo que nos llama la atención que la Luna que aceptó después del revocatorio y de los hechos de Pando quedar menguada, se muestre ahora proclive a jugarse por los paceños o a mantener la paceñización de la política y esto ya nos lleva a creer que hay gato encerrao, porque desgraciadamente en el país es común vender gato por liebre y encerrar los gatos de un día para otro y meterlos en una bolsa y dejar que se peleen hasta el cansancio, todo es posible en la Bolivia actual que no tiene Dios ni ley ni códigos de honor y mucho menos códigos de pacto de caballeros o de damas que estén codificados en un decálogo de acciones permitidas o no permitidas dentro del accionar político. En estas buenas tierras de Dios todo está permitido, todo vale, absolutamente todo, incluso despojarse de las banderas, ni se diga de los ideales y mucho menos de los principios.

Por eso estamos a la espera del candidato que elegirán apoyar los que conformaron el bloque antes esperanzador de la Media Luna, que ahora ha vuelto a resurgir y nos promete un nuevo amanecer con candidatos paceños. Nada en contra de los paceños, volvemos a repetir, porque quedarse fijado a este aspecto sería en realidad desvirtuar el quid del asunto que es harto más complicado y mucho más espinoso que lo que parece a simple vista.

La verdad de la verdad y que estamos descubriendo poco a poco, es que en política no hay amigos sino aliados ocasionales y que todo depende de los réditos que se esperan obtener que no siempre son los réditos que el pueblo espera conseguir mediante sus representantes, pues los unos y los otros tienen caminos distintos, se guían por objetivos e idearios muchas veces ostensiblemente distantes, aunque el pueblo vote por representantes que cree que los representan sin que esto sea una verdad o esté por lo menos próximo a las causas que le son prometidas a los ciudadanos.

De todos modos, en medio de la selva en la que se ha convertido esta pre campaña electoral, podemos decir que por supuesto y como en todas partes hay paceños y paceños y esto el pueblo lo podrá medir a ojo de buen cubero cuando se elija al paceño de oro, equivalente al premio gordo de la lotería. Veremos entonces si es un gordo de oro o un gordo grasa o un grasa que pretenden hacérnoslo pasar por premio gordo.

Todos los ojos están puestos en aquel a quien los representantes que quedan de la Media Luna designen como el hombre gordo de La Paz, entonces y sin vueltas veremos cuál es el camino que han elegido en medio de las adversidades a las que también han contribuido o no sabemos si continuarán contribuyendo por acción o por omisión los que prometieron una Luna de paz ensanchada y no de la ciudad de La Paz ensimismada y autista.

No hay comentarios: