martes, 26 de abril de 2011

una encuesta tras otra aplazan a Evo por fallas garrafales. a sangre y fuego procuró mantenerse arriba asesorado por cubanos y venezolanos que además "invierten" en su ficha por su propio interés político

Los bolivianos suspenden a su presidente, Evo Morales, con un 2.8 en una calificación en una escala del 1 al 5, según una encuesta de la firma Ipsos, Opinión y Mercado, publicada el domingo por el periódico El Día de Santa Cruz.
En sondeos similares, Morales obtuvo 3.3 en sus primeros dos años de gobierno, 2006 y 2007; bajó a 3.0 en el 2008 y el 2009; tuvo un repunte hasta 3.2 en el 2010, cuando empezó su segundo mandato, y en el 2011 ha sido suspendido por primera vez.
Ipsos consultó este año a 1,032 mayores de edad en las cuatro mayores ciudades del país (Santa Cruz, La Paz, El Alto y Cochabamba) y la calificación es el promedio de respuestas entre el uno (muy mala) y el cinco (muy buena).
La firma indagó también sobre lo que los bolivianos consideran “el problema más grave” de Bolivia, a lo que un 22 por ciento respondió que el narcotráfico, otro 22 por ciento el desempleo y 19 por ciento la corrupción.
Todas las encuestas de los últimos meses muestran una caída de la popularidad de Morales, especialmente desde que en diciembre pasado intentó aumentar los precios de los combustibles hasta en un 82 por ciento, el llamado “gasolinazo”, que se vio forzado a derogar ante una oleada de protestas y disturbios.
Por otra parte el presidente Morales afirmó el domingo que el “imperio inglés” y los “Gobiernos de Inglaterra” mandaron acabar con los aimaras, quechuas y guaraníes, y agregó que la organización comunal de esos pueblos resistió la agresión.
“El imperio inglés, algunos Gobiernos de Inglaterra, decidieron de una vez acabar con los indígenas, a los aimaras, quechuas, guaranís”, dijo Morales ante seguidores del norte del departamento sureño de Potosí, donde la víspera también atacó a España porque, según dijo, exterminó esos pueblos.
El gobernante nacionalista e indigenista, mestizo de origen aimara, ha condenado muchas veces lo que hoy volvió a llamar “invasión europea” de 1492, en alusión a la llegada de Cristóbal Colón al continente.
Morales criticó el sábado que algunas escuelas y provincias de Potosí lleven aún nombres españoles y pidió a las autoridades regionales y municipales cambiarlos por los de líderes indígenas.
El domingo aseguró que en regiones como el Caribe y lo que actualmente es Uruguay fueron “eliminados” todos los grupos indígenas.
“En algunas épocas decidieron acabarnos a todos, eliminarnos. Eso hicieron algunos países del Caribe. No hay ni un hermano indígena en el Caribe. En algunas regiones como Uruguay, los charrúas terminaron, no hay ni un hermano charrúa”, sostuvo Morales.
Destacó que, en cambio, en lo que hoy es Bolivia, Ecuador, Perú, Guatemala y México, los indígenas “resistieron esa humillación, esa invasión hasta el saqueo de nuestros recursos naturales”.
Morales, líder de los principales sindicatos bolivianos de productores de coca, base para la elaboración de cocaína, agregó que el sindicalismo “fue importado” para ser impuesto a los grupos indígenas, aunque algunos han logrado mantener sus formas de organización original.
El mandatario viajó a San Pedro de Buena Vista, pueblo del norte de Potosí, fronterizo con Chile, para entregar fondos para obras y asistir a peleas de toros, tradición que, según dijo, le sorprendió porque es casi desconocida en el resto del país.
Las batallas, llamadas “toro tinku”, se celebran en esa localidad en Semana Santa, con un breve enfrentamiento frontal hasta que uno de los toros hace huir al otro (en otros pueblos de la zona las peleas son entre indígenas y terminan a veces con muertos).

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