miércoles, 6 de abril de 2011

ha llegado el momento de contar con una oposición seria, unida y de planteamientos claros para hacer frente al desenfreno del MAS que está destruyendo la Patria. EL, SC, Bolivia

El ministro de Comunicación, Iván Canelas, insistía como mercader de plazuela que el Órgano Ejecutivo no tiene nada que ver con la orden de arresto contra el empresario del cemento y líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, por dos acusaciones carentes de asidero jurídico. 

El que piensa que sí tiene que ver es Denis Racicot, el representante en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. El diplomático ha estado manifestando una inusitada insistencia en relación a la vergonzosa subordinación de la justicia boliviana a las directrices del régimen político y ha solicitado acelerar el proceso de elección de las autoridades judiciales y frenar así este esquema perverso que coloca al Ministerio de Gobierno como cabeza de la Fiscalía y monitor de las actividades de los tribunales. Su jefa, Navy Pillay, pidió hace poco desde Ginebra la eliminación de la tortura en Bolivia, exigencia que mereció una risotada de parte de un senador oficialista a quien ningún funcionario del régimen ha desautorizado todavía.
La orden contra Doria Medina se produce justo el mismo día de la reunión de alrededor de cuarenta líderes regionales, quienes han acordado reactivar el movimiento opositor que pereció con el CONALDE, cuando algunos de los dirigentes que se encontraban el lunes en el foro, decidieron largarle las riendas a este régimen, convencidos que no iba llegar tan lejos como para afectarlos a ellos. Aquella vez Leopoldo Fernández no estaba preso y una larguísima lista de líderes opositores ejercían sus actividades y sus cargos dentro del país. Hoy, lamentablemente, muchos de los que hablaban de levantar cabeza otra vez están casi en las mismas condiciones que el empresario opositor, cuyo partido se ofrecía hace algunos años como el mediador más idóneo con Evo Morales y que hace unos días apenas, sirvió en bandeja de plata la elección de un masista en la Brigada Parlamentaria de Santa Cruz, pese a que el oficialismo tiene minoría.
Es probable que la reaparición de los opositores que se produjo el lunes tenga que ver con el fuerte deterioro de la imagen del Gobierno y con su pérdida de legitimidad. Sin embargo, se equivocan los que crean que están frente a un régimen mejor dispuesto a dialogar y concertar con sectores disidentes. Pese a las grandes debilidades que surgen de su pésima capacidad de gestión y que brotaron como hongos después del “gasolinazo”, el Estado Plurinacional aún mantiene intacta su inmensa capacidad represiva y en pleno funcionamiento el aparato de judicialización de la política que le ha permitido encarcelar y hacer escapar a cientos de opositores. La reciente visita del presidente venezolano al país ha servido para la ratificación del rumbo marcado por el MAS hacia la construcción de una autocracia que requerirá dosis cada vez más crecientes de violencia y represión para mantenerse en la hegemonía.
Bolivia necesita más que nunca una oposición seria, consistente y valiente. La necesitaba en el 2008, cuando paradójicamente, el CONALDE cedió y se desintegró cuando a través del movimiento autonómico había constituido una alternativa sólida frente al proyecto involutivo y autoritario del MAS. Hoy el oficialismo está perdido y acorralado por sus propios errores. La oposición tiene la oportunidad de construir una alternativa política.
Es probable que la reaparición de los opositores tenga que ver con el fuerte deterioro de la imagen del Gobierno y con su pérdida de legitimidad. Sin embargo, se equivocan los que crean que están frente a un régimen mejor dispuesto a dialogar y concertar con sectores disidentes. El Estado aún mantiene intacta su inmensa capacidad represiva y el aparato de judicialización de la política .

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