miércoles, 31 de marzo de 2010

El Dia describe de qué manera Evo "marca" a sus víctimas que luego son enjuiciadas cuando la sentencia ha sido "dada" por adelantado. Dictadura!

La Marca del Presidente

Editorial de El Dia que nos muestra las órdenes judiciales del mismísimo Evo para condenar

El Gobierno de Evo Morales se encuentra en una carrera contrarreloj para convertir antes del 4 de abril en “indefendibles” a todos sus opositores y lo está consiguiendo. Quiere meterlos en una misma bolsa, la de la corrupción y quien tenga la osadía de protestar es acusado de pertenecer al flamantísimo “sindicato de delincuentes”, tal como el mismo Presidente lo ha bautizado.
Es el Presidente el encargado de señalar quién entra y quién puede salir de ese sindicato. De esa manera le hizo el favor al ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé de sacarlo del grupo, aduciendo motivos personales. “Él ha sido uno de los dos presidentes que no me hicieron juicio”. Entonces está perdonado. Quedó evidente, sin embargo, que gran parte de esta cacería de brujas es motivada por la venganza personal.
La ciudadanía se encuentra literalmente en medio de un “brete”, esos pasillos muy angostos que usan los ganaderos para marcar a sus animales y es Evo Morales el que estampa el sello. Algunos huyen, otros tratan de zafar momentáneamente, pero la más clara ha sido la reacción colectiva de agachar la cabeza esperando el hierro candente o tal vez la misericordia del caudillo, premisa que está prácticamente descartada.
Le ha tocado el turno al cardenal Julio Terrazas, un viejo enemigo señalado por el régimen, porque es uno de los pocos que sigue exigiendo desde su palestra que Bolivia no sea conducida hacia una dictadura. Las autoridades del Gobierno se hacen las desubicadas por las declaraciones sin fundamento de un fiscal que sabía muy bien lo que hacía y quién lo estaba respaldando. Esa denuncia tenía que hacerse antes del 4 de abril, pese a que las reacciones a favor del Arzobispo cruceño pueden costarle una buena cantidad de votos al oficialismo. A estas alturas al MAS le importan poco esas consecuencias, como le resultan insignificantes las repercusiones internacionales sobre la cacería de los cuatro ex mandatarios o las observaciones de la ONU.
Los miembros del “sindicato delincuencial” han sido señalados con exhaustiva precisión; está listo el instrumento denominado ley anticorrupción aprobado el lunes mediante la aplanadora parlamentaria y el fiscal general, Mario Uribe, acaba de lanzar un instructivo para que todos los fiscales del distrito y jueces del Estado Plurinacional (así de claro), tomen las precauciones respectivas para evitar que sigan huyendo del país aquellos que han sido marcados por el Presidente.
Pese a que la Semana Santa ya era una buena razón para exteriorizar las expresiones de fe, fue la marca sobre el cardenal Terrazas la que de pronto detonó el fervor católico y de paso, también democrático, de líderes que parecen recién enterados de lo que está ocurriendo en Bolivia desde hace mucho tiempo. Es como si Leopoldo Fernández fuera (como dijo Lula de Orlando Zapata) “un delincuente más” de la misma forma que los cientos de perseguidos, exiliados y otros que han sido marcados por el régimen, por si acaso. Y pese a que el Cardenal merece todas las expresiones de solidaridad de la gente y sus líderes, la reacción es demasiado tardía, a no ser que se mantenga después del 4 de abril.

Evo Morales ya tiene señalados a todos los que han de aplastar a partir del próximo 5 de abril, al margen de cualquier resultado.

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