martes, 8 de octubre de 2013


crímenes que provocan la ira del pueblo

Santa Cruz está conmocionada por hechos de sangre

Hace mucho que Santa Cruz de la Sierra dejó de ser la ciudad conventual, cordial y apacible de nuestros ancestros, donde el día a día discurría sin sobresaltos y el vecindario, además de conocido, se guardaba recíprocas y respetuosas consideraciones. Eso era antes de que, como consecuencia de su crecimiento acelerado y fuera de control, de un no planificado flujo de migraciones internas y externas, nuestra ciudad extraviara sus principales virtudes convirtiéndose en una urbe desordenada, insegura y violenta extendida en todas direcciones hasta límites todavía insospechados. Y junto a la transformación urbana y al advenimiento de nuevos tiempos se han dado, de modo inevitable, los cambios en los patrones de conducta social en un ámbito de valores invertidos con estímulo a la permisividad, el irrespeto y la intolerancia.

También se han vuelto una constante los excesos y otros problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas al que son atribuibles los trastornos de la personalidad. “La inversión de los valores y la falta de respeto por la vida ya es cuestión globalizada en nuestra sociedad”, sostiene la sicopedagoga Cyntia Rivero.

El clima de permanente confrontación que vive el país y una perceptible ausencia de Estado también influye en comportamientos autoritarios y agresivos de conglomerados sociales que han llegado, incluso, al extremo de asumir justicia por mano propia. En este acápite, es espantosamente ilustrativo el caso de los linchamientos que vienen ocurriendo principalmente en el trópico de Cochabamba.

Como consecuencia de la creciente inseguridad que no puede ser conjurada pese a los esfuerzos que se hacen y de la violencia que hace estallido por doquier, tal parece que en la ciudad más importante y de mayor crecimiento del país, la vida no vale nada… Es la consideración emergente de hechos signados por la violencia y que han segado la existencia de dos personas en estremecedoras circunstancias en los últimos días. El robo de un artefacto electrónico hizo que un delincuente acribillara a un joven universitario mientras que un ‘motoquero’ que disfrutaba de un paseo de fin de semana halló la muerte tras discutir por una cuestión de menor importancia con quien resultaría su victimario: un sujeto con prontuario delictivo y que luego de cometer el crimen se dio a la fuga, no sin antes impedir que se le prestara auxilio oportuno a su víctima. La ciudadanía cruceña está conmocionada. Razones tan duras y penosas como las expuestas no faltan. (El Deber, SC, Bolivia)

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