jueves, 22 de noviembre de 2012

Karen Arauz: "si el censo cumple medianamente con los objetivos que se suponen se apunta, será un ejercicio ciudadano importante. Si sirve al menos para que se tome en cuenta a los que se pretende invisibilizar, con una boleta censal que era sin duda perfectible pero que arroje luces sobre las prioridades de la población más allá de aviones, satélites, palacios y museos y sean tomados efectivamente en cuenta, habrá valido el gasto y el encierro."


Faltando un par de horas para la realización del Censo, el aire se sentía muy enrarecido. Los supermercados y tiendas de abarrotes no se daban abasto para atender a una ciudadanía que más parecía estar preparándose para un largo paro indefinido de todos, a un octubre de 2003 o a alguna situación plagada de peligro. Ansiedad es la impresión que daban los rostros de todos y cada uno de los habitantes, lo que en situación normal, sería totalmente irracional. Un censo no tendría por qué venir acompañado de una extraña sensación de que algo raro está a punto de suceder. Un revoloteo de mariposas en el estómago, y no por la infinidad de prohibiciones y amenazas que envolvieron todo en los días y horas previas, lo que viniendo de la actual administración no es de extrañar, sino mas bien por el tono en que estas amenazas fueron vertidas.
La dosificación de hora en hora, casi sádica, de las disposiciones ha sido tan evidente, que hasta las personas que poseen una mascota, se han visto en apuros pues la instrucción era que ningún perro podría salir a su caminata habitual alrededor de la manzana so pena que perro y amo, terminaran entre rejas. Todo ello, para precautelar la integridad física de los encuestadores. ¿Cual habrá sido el comportamiento de los cientos de perros callejeros. ¿Habrán estado alineados con las disposiciones? Los niños y jóvenes, prohibidos de montar sus bicicletas o patear una pelota hubieran o no pasado los empadronadores, es una situación que puede ser fácil dictar, pero les dedico mantener los niños quietos en un pequeño espacio por al menos 12 horas sin chistar. Es muy probable que alguien haya recurrido a extremos como que era previsible una lluvia de meteoritos en la mera entrada de su vivienda, para lograr mantenerlo pegado a la ventana por horas esperando el suceso que salpimentado por su imaginación, muy probable derivaría en el desembarque de extraterrestres tratando de evitar el pánico que el timbre del personero del INE podría provocar.
Los conflictos por límites departamentales y municipales, contribuyeron a la sensación que, este censo, no estuvo preparado ni con la suficiente antelación, ni con la seriedad pertinente, pese a haber sido postergado por más de un año. No vamos a decir que el INE goza de una gran credibilidad a nivel popular. Los índices de inflación en base a una quimérica canasta familiar con precios al consumidor existente sólo en su imaginación, es un zumbido engorrosamente constante. El simplista argumento que el INE no modifica límites, es muy cierto. Pero que la distribución de recursos basados en los datos que arroje la consulta, está definitivamente ligado a la población específica de un departamento o un municipio, también es muy cierto. Tengo la leve sospecha que algunos territorios, por decir algo, el trópico de Cochabamba será beneficiario de recursos tan importantes, que será creada una ciudad intermedia de primer nivel. Por otra parte, hay territorios que se han obligado a una inmensa cantidad de gente llegada del área rural, a volver a sus lugares de origen, y no sólo por el apego a su terruño, sino por evitar la amenaza de que aquél que no estuviera presente, amén de ser despojado de su terreno, podría ser pasible a la justicia comunitaria.
El olfato popular no dejó en ningún momento de percibir, que detrás de un instrumento indispensable para el ordenamiento del país, existe una zona oscura. Y posiblemente, a riesgo de equivocarme, no hay mayores sombras en él. Es más, no es sano pensar que efectivamente es así. Pero cuando la esclarecida Ministra de Comunicación, le pone la cereza a la torta, con la "prohibición" a la prensa de hacer referencia alguna, no solo a las repuestas del nutrido cuestionario, sino incluso a las preguntas (!!!) las mariposas en el estómago, se convirtieron en un motor de 4 caballos de fuerza en la boca del estómago.
No es difícil imaginar la expresión en los rostros de los amigos de la prensa independiente, al tener que limitarse a seguir a la policía y registrar alguna que otra detención o el tránsito apresurado de alguna ambulancia. Esa es la gota que colma el vaso. ¿Qué clase de democracia es a la que creen representar?
Coartar la libertad de la prensa y privar a la población de información y hasta de orientación en un proceso de por si desasosegado, es extralimitarse. Es que todo gira alrededor de los modos. La virtud de la mujer del César, ni existe ni se vislumbra. Y repito, probablemente aparte del discurso vicepresidencial en sentido que este censo delineará las políticas hacia el 2025 (seria de preguntarle desde dónde en el planeta cree él que se enterará) se me hace que es tanta la improvisación de esta administración, que no sabrán por dónde empezar para usar los resultados en su beneficio esperando que en ese afán, no se desvirtúe lo que de
De todas maneras, si el censo cumple medianamente con los objetivos que se suponen se apunta, será un ejercicio ciudadano importante. Si sirve al menos para que se tome en cuenta a los que se pretende invisibilizar, con una boleta censal que era sin duda perfectible pero que arroje luces sobre las prioridades de la población más allá de aviones, satélites, palacios y museos y sean tomados efectivamente en cuenta, habrá valido el gasto y el encierro.

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