jueves, 18 de octubre de 2012

Daniel Pasquier se refiere a ese incansable afan de mantener en saga al pueblo, en "ascuas" dirían nuestra abuelas, convoca a tener "una pega para vivir mejor" dependiente de un Estado que no sabe hasta cuándo podrá garantizar nada, lo cierto es que la seguridad alimentaria está en duda, así como las fuentes de agua y la supervivencia de pueblo indígenas y la conservación de los parques

Evo y su gobierno  tienen al país con el resuello en la boca;  la sensación de que “la vida pende de  un hilo”.  Un tema tras otro.  El país no duerme. Ni  hay manera de que el soberano se informe.  Me recuerda una película, Búsqueda implacable,  en la que Bryan Mills, un agente de la CIA retirado, se pone en acción de manera fortuita, porque le han secuestrado a su hija (primera entrega)  y a su exesposa (segunda), para cobrar venganza. Ritmo en la acción, intriga, drama horrible (la trata de personas), todo conjugado con la determinación del protagonista  “en foco cien por cien”, con  golpes y muertos en el camino. Por favor, no más de 90 minutos. De infarto.

Nadie discute  la habilidad del MAS para enviar señales de humo al país. Entretiene críticas y risas con que dijo “flojos” o  “caca”. Pasando de largo sobre el estado de las relaciones con EEUU, que siguen en estado crítico, y El Alto habla de “toma de embajada”.  No se trata solo de estar en conflicto permanente con la primera potencia económica y militar del mundo. Es uno de nuestros principales mercados de nuestras exportaciones, después del gas.  El agravante, las relaciones exteriores desarrolladas en los últimos años por Evo con Cuba, Venezuela, Libia, Irán, Siria, y todos los antinorteamericanos del planeta.  Después de cuatro años, los esfuerzos del Canciller por mejorar las relaciones entre los dos países,  avanzan,  a paso cansino.

Dificulta la relación, sin duda, el Convenio Tripartito. Más allá de las citas a la dignidad y la soberanía nacional, el Convenio aprieta desde su firma en noviembre 2011. Junto a Brasil se están dando golpes certeros al narcotráfico; ya no son kilitos, son toneladas. Situación que no ha de ser del agrado de los productores de droga, que evaluarán la nueva situación creada por estos compromisos de Bolivia. Mantienen calma aparente, porque hasta ahora, al menos, los “peces gordos” continúan libres y más escurridizos que anguila. ¿Gozan de algunos privilegios?

Cuantificar las hectáreas necesarias para el acullico fue un argumento para retrasar las intervenciones unos años.  Fue un éxito. Pero la muletilla se resolvió en forma diplomática. Ok,   los cultivos de coca han disminuido 12% de 2010 a 2011. Ahora hay que actuar sobre lo que produce 265 toneladas de droga al año. Sí o sí. Las deficiencias en material y equipos han sido subsanadas,  entregando  a las fuerzas de interdicción boliviana hasta helicópteros. El saldo, junto a nuestros militares observadores, lo hace el ejército de Brasil, con  7.500 efectivos en la frontera. Como antes lo hizo con otros 12.000 y 20.000. Esto va en serio. Simultáneamente a la toma de favelas en Río de Janeiro.  ¿Qué más? Poco o nada  le queda  al Canciller para justificar su participación  en Londres solicitando a la comunidad internacional cooperación en función a la corresponsabilidad en una lucha que se sabe de proporciones y costos incalculables.

Motivo suficiente para que el presidente tire dardos hasta a la Luna. Junto a su ministro trata con displicencia a los brasileros asentados en Pando, Beni y Santa Cruz. Que se vayan a sembrar soya a su tierra; salgan de la frontera;  acorten los plazos, ya acordados, para su retorno al país de origen. ¿Qué pasaría si Brasil toma una decisión en correspondencia, con los cientos de miles de coterráneos dispersos en el vecino país? Se debe evitar el “narcotizar” las relaciones. Los capitales externos, si están legales, son bienvenidos. Lo dice y repite en cuanto foro o reunión internacional participa o promueve el gobierno. Una mayoría, además, ha establecido intereses y  familia en Bolivia. La CPE les protege.

Morales promulgó la Ley de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, mientras el país hablaba del partido de futbol con Perú. Evo ha  apoyado al “bigotón” Azkagorta.  Como siempre, altisonante, “Si no hay naturaleza, si está dañada, sencillamente no hay vida ni humanidad”. Frase para tesis doctoral. La bandera del 2005. Sin embargo, desde entonces, siete años, el gobierno ha demostrado que su paradigma de desarrollo es el antiguo, primario extractivista exportador. En su lucha por conseguir mejores condiciones para sus bases, los cocaleros, ha pasado por alto la defensa de los recursos naturales, de los parques nacionales y, puesto en juego, nada menos, que la seguridad alimentaria del país, la conservación de fuentes de agua imprescindibles para la cuenca amazónica y platense, así como la supervivencia de pueblos indígenas afectados por medidas “frías y calculadas”. Tantas luchas sociales en los últimos lustros para que el proceso de cambio no cambie nada.

Genera mayor incertidumbre y, sobre todo, pierde credibilidad. Dicta una ley sin consenso, contra todo lo discutido, explicado y en parte acordado durante los dos últimos años de acercamiento del gobierno a los sectores productivos del Oriente. Adiós ampliación de la frontera agrícola, promover mayores inversiones o aumentar la productividad. A esta altura del conocimiento cómo  prohibir de plano la utilización de material transgénico. Son leyes redactadas en base a panfletos, sin base científica. No es de extrañar, cuando dirige la salud alguien que requirió 27 años para obtener su título profesional y ahora pretende dar “especialidad” en seis meses a los médicos formados en Cuba. O, en el servicio exterior, donde solo el embajador en Holanda (1) es profesional en relaciones internacionales. Del resto,  solo el 13% son profesionales. De estos  recursos humanos..., todo está claro.

La saga continúa.  Evo ha adelantado,  "Me imagino ahora, trabajar por su puesto, un trabajo digno para vivir bien y no pensar en acumular riqueza, pero que el Estado garantice cuando seamos viejos una buena renta Dignidad,...”  A dormir tranquilos, el estado guarda nuestro sueño. El monstruoso “estado” que “no sirve ni para los cubanos”. Han cumplido 54 años esperando el milagro, a ritmo de Búsqueda implacable.
 

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