domingo, 18 de julio de 2010

"Un avión que no despega" LT refiriéndose al lujoso y por el momento inservible aparato de 40 millones de dólares que compró Evo con dinero fiscal!!!

Dando una muestra más de lo cierto que es aquello de que cuando se tiene el poder total --o casi— no hay límites que valgan, el Gobierno ha logrado hace unos días coronar con éxito uno de los deseos más ardientes del presidente Evo Morales: tener un avión presidencial. Pero no uno cualquiera, sino uno de los más lujosos del mundo. Uno que esté a la altura de los que usan los magnates de los negocios o de los deportes.

No importó si para consumar tal antojo hacía falta pasar por alto todas las normas legales vigentes ni los procedimientos previstos para tan onerosas adquisiciones. Tampoco si había en el mercado otras opciones menos costosas y más prácticas. De nada valieron las advertencias de gente entendida en la materia sobre las dificultades y gastos que traería un avión que por lo raro que es en estas latitudes no cuenta con el respaldo necesario para mantenerlo en vuelo. Será difícil y muy caro contar con los repuestos, los técnicos especializados en su mantenimiento, y hasta formar un equipo de gente capaz de pilotarlo. Es decir, además del avión habrá que adquirir y contratar, a precios exorbitantes, todos los servicios necesarios para que alguna vez sirva de algo.

El resultado no podía ser otro que el que ya se ve. El lujosísimo avión está en tierra y no sólo porque no hay quién lo pilotee. También porque hasta para inflar sus llantas hace falta personal certificado por la fábrica, pues de otro modo, como ocurre hasta cuando se repara un teléfono celular con alguien no autorizado por el fabricante, se pierde la garantía, el seguro y todo lo demás. El dictador africano Robert Mugabe tuvo muchos inconvenientes parecidos.

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