miércoles, 18 de septiembre de 2013


a cambio de que? pregunta El Dia,

la respuesta podría ser "por un plato de lentejas"

Hace mucho que se viene anunciando el nuevo romance de la política boliviana, entre la región más “rebelde” y el Gobierno del MAS, que no ha hecho más que vapulearla con una serie de acciones que a muchos les trajeron a la memoria los malos recuerdos de la década de los 50, cuando el MNR hostilizó a Santa Cruz hasta convertirla en su más fiel amante. Es increíble cómo la historia puede repetirse con características casi idénticas.

La diferencia entre aquel proceso de seducción y el acomodo que está consiguiendo el oficialismo en Santa Cruz parece estar en las ventajas conseguidas por la región. Mientras que hace 60 años el departamento logró que se ponga fin a su enclaustramiento con una carretera troncal, con agroindustria, con regalías, ferrocarril y servicios básicos, los negociadores de hoy no alcanzan ni siquiera a un “plato de lentejas”.

Es curioso ver cómo mientras dos ministros consiguen que el Comité Cívico, totalmente carente de respaldo institucional, levante las medidas de presión que había anunciado para protestar contra los resultados del Censo, en varios puntos de la zona rural, se produce una nueva arremetida de avasalladores, cuyos cabecillas responden a las órdenes de autoridades del INRA, según lo denuncian los productores de soya cruceños, quienes en varios años no han logrado que el ministro de Gobierno, uno de los que visitó ayer a los cívicos, actúe con mayor determinación contra esos delincuentes.

¿A cambio de qué está vendiendo su dignidad el departamento más humillado por el Gobierno? ¿A cambio de no perjudicar la Feria Exposición? ¿A cambio de que no se empañen los festejos del 24 de Septiembre? Esas son minucias y seguramente las ventajas que consiguen los entreguistas también lo son, en comparación con el perjuicio que ocasionan todos los días las políticas restrictivas del oficialismo hacia la región.

No se trata de defender aquí a los grandes empresarios, a los productores o a ciertos dirigentes, que sin duda alguna son las cabezas visibles de las cadenas productivas, cuya base son los agronegocios. Pero lamentablemente, los que hoy se comiden a propiciar el diálogo y la concertación no están poniendo en el tapete de la discusión el respeto a la base económica regional, que es la responsable de la creación de empleos, de haber conseguido un mayor ingreso per cápita, más alto nivel de desarrollo humano y unas condiciones de vida más dignas para todos los que viven y los que constantemente se trasladan hacia Santa Cruz en busca de trabajo y sustento.

Y es obvio que quien no defiende las exportaciones de Santa Cruz, quien no lucha por levantar las absurdas prohibiciones y restricciones a la carne, al maíz, a la soya y el azúcar; el que no reclama por los avasallamientos de tierras, el que no protesta por la persecución política, por la traición al proceso autonómico y el que ni siquiera se atreve a levantar cabeza por algo tan legítimo como el Censo, como lo hicieron los paceños, está conspirando contra el futuro de Santa Cruz y del país, contra el de los grandes y el de los chicos o medianos, ya que las aspiraciones del MAS, a diferencia del pasado, no son nada constructivas.
Los que hoy se comiden a propiciar el diálogo y la concertación no están poniendo en el tapete de la discusión el respeto a la base económica regional, que es la responsable de la creación de empleos, de haber conseguido un mayor ingreso per cápita, más alto nivel de desarrollo humano y unas condiciones de vida más dignas para todos los que viven y los que constantemente se trasladan hacia Santa Cruz en busca de trabajo y sustento.

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