martes, 15 de enero de 2013

Fernando Prado hace uso de su sapiencia profesional y se refiere a un problema, que focalizado en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra es común a otras ciudades de Bolivia. la discriminación socio-urbana


El titulo de mi comentario es una realidad de las ciudades latinoamericanas y expresa esa tendencia del sistema vigente de ir separando cada vez más las zonas privilegiadas de alto costo, donde se concentran las inversiones, de las zonas populares de baja calidad, mal atendidas, descuidadas y sin inversiones. El capital privado, cuando no hay políticas públicas del suelo urbano, es el que crea estas situaciones y las aprovecha, generando plusvalía que la cobra a quienes quieren ‘ascender’ socialmente. Dejadas las ciudades al capital inmobiliario, estas se convertirían en espacios altamente segregados y desiguales, sin oportunidades iguales para todos y generadores de resentimiento y violencia.
Frente a este problema estructural, frenar la segregación socioespacial y buscar la integración y cohesión social es la tarea de nuestro gobierno local. Sin embargo, a juzgar por los proyectos que se han venido ejecutando hasta ahora, nuestro gobierno no ha percibido esta importante tarea de redistribución que debe asumir e insiste en hacer inversiones en las zonas caras y ya consolidadas, alimentando, sin proponérselo, el proceso de especulación inmobiliaria con la segregación consiguiente. Volver a invertir millones en espacios ya existentes, de propiedad pública consolidada y en zonas privilegiadas, donde ya se han hecho inversiones, como la plaza Blacutt, El Arenal, la plaza Don Bosco o frente al cine Center, y al mismo tiempo descuidar y hasta perder los espacios públicos en zonas populares, por acción de loteadores, nos muestra que sus autoridades no han entendido o no quieren asumir la responsabilidad de construir una ciudad más equitativa y menos segregada.
En vez de seguir la fácil estrategia de volver a remodelar áreas que ya son públicas y están ‘salvadas’, una prioridad debería ser la recuperación y consolidación de las áreas públicas que cada día se pierden en los barrios populares, como reclaman los vecinos, sin obtener el apoyo de la Alcaldía. Dentro de esa actitud cómoda de aprovechar terrenos municipales ya existentes está construir la Alcaldía y un teatro en un parque urbano, o las edificaciones enormes en dos plantas que se edifican en el parque de Los Mangales 1, en terrenos que fueron cedidos por el dueño para equipamiento vecinal, no para megainstalaciones ediles. ¿Por qué no se compran terrenos en otro lado en vez de quitársela a los vecinos? En ausencia de políticas de suelo, la Alcaldía construye casi exclusivamente sobre terrenos del 35% cedido, pues no hay políticas de compra municipal de tierras, con una visión de ir guiando las grandes inversiones hacia los barrios populares, a fin de valorizarlos e integrarlos a la ciudad

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