sábado, 14 de marzo de 2009

un buen trabajo ha realizado la prensa al presentar acusaciones sin prueba de evo contra EEUU, la CIA, la DEA, y contra policías y militares pagados


El presidente Evo Morales advirtió este viernes que hay agentes externos que compran la lealtad de miembros de las Fuerzas Armadas (FFAA) y de la Policía Nacional para conspirar contra su Gobierno. Anunció que habrá una investigación, aunque no presentó pruebas de su acusación. El Mandatario hizo estas declaraciones en un encuentro exclusivo en el Palacio Quemado con la prensa internacional acreditada en la ciudad de La Paz.

Acusó a Washington de haber sostenido económicamente a los presidentes neoliberales a través de sus embajadores, quienes en momentos de conflicto social “decían ante la prensa que estamos apoyando (al Gobierno de turno) con diez millones de dólares”, con la intención de aplacar las protestas. Calificó al pueblo de “sabio”, porque no se dejó convencer con ese dinero y siguió luchando hasta sacar a los malos gobernantes, en directa alusión al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien dejó el poder el 17 de octubre de 2003 y hoy radica en el país del norte.

Dio a entender que los grupos de poder desplazados tienen “agentes externos que conspiran, que compran lealtades con bonos a algunos oficiales de la Policía Nacional, seguramente en las Fuerzas Armadas, vamos a investigar”. “Por eso dije en un acto de la Policía Nacional —prosiguió el Jefe de Estado—: el vender información a los agentes externos es traición, traición a la patria. No es traición a Evo Morales ni al Gobierno. Es a la patria”. No presentó ninguna prueba, pero recordó el caso del diplomático estadounidense Francisco Martínez, a quien él mismo acusó de ser agente de la Agencia Central de Inteligencia(CIA) y declaró la anterior semana persona no grata, sin mostrar ningún documento que lo comprobara.

El viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán, entregó en días recientes al Ministerio Público un archivo con información sobre Martínez, que según los fiscales encargados del caso sólo son fotocopias de periódicos. Morales y el Gobierno también acusaron de ser un agente encubierto al ex oficial de la Policía Nacional Rodrigo Carrasco y de haber practicado espionaje mientras ocupada un cargo ejecutivo en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). EEUU espera una explicación El Departamento de Estado aún está esperando una explicación “coherente” de las recientes acciones del Gobierno boliviano contra EEUU, tras las expulsiones de dos diplomáticos y otras medidas que perjudicaron la relación bilateral.

De acuerdo con la agencia Efe, el secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, se refirió así a la declaración como persona no grata del segundo secretario de la Embajada de Washington en La Paz, Francisco Martínez, y otras medidas anteriores, como la expulsión del Embajador y la suspensión de la actividad de la agencia antidrogas DEA. “Para que los países —señaló Shannon— pueden crear un tipo de cooperación y colaboración que se ajuste a sus necesidades (…) necesitamos un diálogo diplomático pleno y de alta calidad”. “Lamentablemente, hasta este momento, al buscar respuestas de los bolivianos sobre los asuntos que pudieran provocar sus acciones, no hemos recibido aún lo que consideramos una respuesta coherente”, afirmó en una rueda de prensa en el Departamento de Estado. Pese a ello, destacó, el Gobierno estadounidense seguirá dialogando con el Gobierno del presidente Evo Morales para tratar de resolver las tensiones y los temas que originaron el conflicto bilateral. “Seguiremos hablando con los bolivianos en la esperanza de que podamos resolver los temas de fondo que han afectado nuestra relación”, comentó Shannon.

En estas conversaciones, EEUU tendrá presente que al final, para poder tener una relación bilateral “positiva y coherente, los bolivianos tienen que estar preparados para dialogar con nosotros sobre temas que nos interesan, de la misma manera que dialogamos sobre asuntos que son importantes para ellos”. El pasado lunes, con ocasión de nombrar persona no grata a Martínez, Morales lo acusó de ser espía de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de haberse reunido en varias ocasiones con miembros de la oposición para planificar un golpe cívico-prefectural, que estuvo a punto de consumarse entre agosto y septiembre de 2008.

Entre las figuras de la política boliviana que, según el Jefe de Estado, se entrevistaron con Martínez está el prefecto de Beni, Ernesto Suárez, quien pudo haberse reunido con el diplomático estadounidense en junio del año pasado en un hotel de la zona Sur de La Paz. Pero el Presidente no entregó pruebas de sus acusaciones. Las relaciones con EEUU llegaron a su momento más tenso en septiembre de 2008, con la expulsión del embajador de Washington, Philip Goldberg, a quien Morales señaló como el articulador del movimiento sedicioso contra su Gobierno. Meses después dejaron el país las agencias estadounidenses antidrogas, DEA, y de desarrollo internacional, USAID.

LOS DATOS Volvió a acusar a Estados Unidos de haber financiado a los gobiernos neoliberales. Habló otra vez de los supuestos vínculos de la CIA con Carrasco y Martínez. No presentó ni una prueba de sus nuevas acusaciones, pero dijo que habrá investigación.

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