martes, 29 de abril de 2014

cita El Dia a los regímenes de Egipto, Túnez, Libia, Siria y Venezuela con sistemas de control absoluto de los medios, de sindicatos, de fuerzas armadas, sin embargo la sociedad fue capaz de volcarse y rebelarse. Raúl Peñaranda y su estudio para descubrir que el MAS, Evo y Alvaro se adueñan de los medios.

La investigación que ha hecho un periodista acerca de la fijación que tiene el Gobierno boliviano con los medios de comunicación es una demostración fehaciente de que los ideólogos del régimen, no solo quieren resucitar ideas muertas relacionadas con la política y la economía, sino que también echan mano a estrategias muy antiguas, que fracasaron con el nazismo y el comunismo.

Los viejos sistemas autocráticos tenían una fe ciega en la propaganda y en el control de los medios. Uno de los teóricos más renombrados de ese paradigma fue el líder nazi Joseph Goebbels, quien no se cansaba de repetir “miente, miente, que algo queda” y lo decía no solo porque es verdad, sino porque antes era mucho más fácil mentirle a la gente, primero porque el nacional socialismo eliminó la libertad de expresión y segundo, porque los ciudadanos no tenían los medios para comunicarse entre ellos, es decir, prescindiendo de los canales tradicionales controlados por el poder autoritario, con el fin de que se imponga la voz única.

No hay un solo evento en la historia que pueda demostrar que los medios de comunicación, la opinión pública o lo que llaman “el cuarto poder” hayan derrocado algún gobierno. Casi todas las caídas registradas de caudillos, dictaduras y tiranos han sido causadas por tres factores fundamentales: la corrupción generalizada de los principales círculos de poder; el uso y abuso del poder y de sus mecanismos coercitivos para perseguir y limitar las libertades individuales y por último, el derroche en gastos y lujos innecesarios, hecho que además de dilapidar los recursos, ha ocasionado escasez, como ocurrió en la ex Unión Soviética.

Ningún régimen, por más poder que haya ejercido para esconder sus males de la luz pública ha conseguido permanecer por mucho tiempo ejerciendo sus abusos y cometiendo sus pecados y menos ahora, que todo sale a la luz, a través de múltiples mecanismos de comunicación y herramientas que están al alcance de todos los estratos sociales.

Los gobiernos de Egipto, Túnez, Libia, Siria y Venezuela, tenían un control casi absoluto de los medios de comunicación tradicionales, de las organizaciones sociales, de los sindicatos, las fuerzas armadas y todas aquellas instancias que le servían para mantener el statu quo. Pese a ello, la sociedad fue capaz de volcarse en contra de los poderes establecidos y rebelarse, usando las maneras y estrategias de organización que están disponibles a través de las redes digitales. Nadie conduce las masas; la comunicación no es un mero instrumento de transmisión de información sino un gran movimiento que canaliza el malestar y lo manifiesta.

Con seguridad Raúl Peñaranda, autor de la investigación que incomoda al Gobierno no era tan conocido como es hoy, ni siquiera cuando era director de un importante medio impreso. Ahora es casi una celebridad pública gracias al abuso cometido por autoridades que cometieron con él un improperio mayúsculo, que fue motivo de rechazo, burlas y un sinfín de comentarios en Facebook, Twitter y otras redes sociales, una ola que ningún gobierno ha podido contener con todos sus métodos y sus recursos. Ni siquiera Cuba pudo con la solitaria bloguera Yoany Sánchez, quien fue capaz de romper la dictadura mediática castrista.
Ningún régimen, por más poder que haya ejercido para esconder sus males de la luz pública ha conseguido permanecer por mucho tiempo ejerciendo sus abusos y cometiendo sus pecados y menos ahora, que todo sale a la luz, a través de múltiples mecanismos de comunicación y herramientas que están al alcance de todos los estratos sociales.cita 

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