viernes, 29 de julio de 2011

Juan Ramón Quintana es atacado duramente por el articulista en OPINION quién no necesitó nombrarlo siquiera al referirse a sus delitos y a su poder ahora en Pando y Beni.

Bien sabemos que la denominada oposición en el país anda completamente desorientada hace mucho tiempo atrás, desorientación que por cierto la lleva a sufrir golpe tras golpe, o embate tras embate de parte del oficialismo gubernamental que si ha demostrado a lo largo de todos estos años que continúa con la aplicación de su estrategia de guerra en forma completamente invariable e inconmovible por lo tanto. 

En el marco de esta estrategia de guerra la próxima víctima del abuso del poder político que detenta el régimen gobernante es y será sin duda alguna el todavía Gobernador del Beni, a quien hace mucho tiempo atrás decidieron que había que encarcelarlo por “supuestos ilícitos” cometidos. 

Como siempre y quien aplica esta estrategia de guerra es el que otrora fue Ministro de la Presidencia y lleva sobre sus hombros la responsabilidad sobre la muerte de más de una decena de personas acaecida en septiembre de 2008 en el departamento de Pando, cuya actuación le ha valido el hecho de gozar en la práctica del control total del poder político al interior del esquema gobernante, a tal punto que y por razones de orden táctico en ocasión de haber dejado su cargo de ministro, poco tiempo después la estructura gubernamental le inventó un cargo designándolo como responsable de una función pública sui géneris y completamente extraña, pero con una clara ventaja y un poder político enorme como para continuar en esta cadena de abusos e ilegalidades y en las que permanentemente viene incurriendo. De esta manera es que lo situaron en el mismo corazón del “enemigo” a derrotar. Ubicaron como sede sus funciones a los departamentos de Beni y Pando, desde donde y a título de “desarrollo fronterizo” lo que en realidad se ejerce es un férreo control político sobre los opositores a quienes en verdad han decidido escarmentarlos.

Es la magnitud de esta estrategia aplicada, la que no ha podido ser captada ni comprendida por esa oposición desorientada que ingenuamente considera que saliendo a la calle, invocando la paz y la concordia podrá detener el avance del abuso y la arbitrariedad, cuando en realidad lo que debió hacer hace ya mucho tiempo atrás es elaborar un verdadero diseño de una estrategia política como para enfrentar a quienes sí han decidido acabar con ellos. Pero, la oposición no sólo ha pecado hasta ahora de desorientada, sino de cobarde y poco solidaria, cuando durante todo este tiempo han guardado completo silencio ante el injusto e ilegal apresamiento de Leopoldo Fernández Ferreira. Ahora le toca el turno a Ernesto Suárez.

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