jueves, 22 de mayo de 2014

Robert Téllez desde OPINION nos refresca el concepto de poder, corrupción, opresión al ser, a la justicia, a losmedios. el poder saca a laluz la corrupción y la hace visible. sabias palabras en un texto digno de leerse y releerse.

Corrupción es aquel comportamiento o conjunto de conductas que, rompen o transgreden las normas morales o jurídicas con el propósito de obtener un provecho ilícito, sea en la esfera privada o pública, mediante la colaboración o conquista de la conciencia de otro. Implica pues que se transgreda una norma, sin importar que ésta sea moral o jurídica, o que la conducta ilícita se dé en el ámbito privado o público. Basta que se busque un provecho ilícito, mediante la transgresión de una norma y con la colaboración de otro, para que la conducta sea corrupta. 

Se ha dicho hasta la saciedad que el poder corrompe, y cuando es absoluto corrompe aún más. Los hombres, desde que sintieron la necesidad de ser gobernados, erróneamente entregaron el poder absoluto a una sola persona, al que llamaron monarca o rey. En el soberano concentraron el poder legislativo, ejecutivo y judicial, un solo individuo tenía todos los poderes.Poco a poco se fue haciendo conciencia de la necesidad impostergable de cambiar el sistema de poder; la razón natural permitió entender que el poder lo delegaba el hombre para que lo ejerciera el hombre. El absolutismo corrompía al depositario, por ende había que segregar el poder. 

El poder es negativo cuando tiene la capacidad de oprimir al ser humano. En democracia está la justicia y la prensa, que también puede ejercer un control. Aquí es importante que los Órganos de poder se limiten mutuamente. Cuando al corrompido se le permite entrar a la esfera del poder, es el mismo poder con sus propios mecanismos, quien saca la corrupción a la luz y la hace visible. 

El mundo está lleno de violencia, avaricia, cólera, pasiones, pero como no tiene poder, es un santo. Para ser violento hay que ser poderoso. Para satisfacer la avaricia hay que ser poderoso. Para satisfacer las pasiones también hay que ser poderoso. De modo que cuando el poder cae en tus manos todo se revuelve en tu interior. El poder se convierte en tu alimento, en tu oportunidad. No es que el poder corrompa, sino que tú estás corrompido. No es que el poder corrompa, sino que llevas la corrupción dentro de ti. El poder sencillamente te ofrece la oportunidad de hacer lo que quieres. Los rasgos que nos ayudan a acumular prestigio y subir en la escala de mando desaparecen en algunas personas una vez llegan al poder. 

En lugar de ser educados, honestos, pensar y servir a los demás y tener empatía, a algunos les sucede lo contario se vuelven impulsivos, antipáticos, corruptos, imprudentes y groseros. Como dice Miqueas: “para hacer un favor, el príncipe exige y el juez reclama una gratificación; el poderoso manifiesta su avidez y se pervierte la justicia”.

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