sábado, 1 de marzo de 2014

recomendaciones y consideraciones de El Deber con relación a los Carnavales, que son dias de "licencia a veces excesiva" que genera extremos en el delito, la borrachera, el exhibicionismo morboso. ojalá transcurra en tranquilidad, ni dramas, suciedad ni tragedias.

Mientras en otras regiones del país gravemente afectadas por las inundaciones los festejos quedaron en suspenso, el Carnaval cruceño 2014 llegará, a partir de este fin de semana, a su máximo apogeo. Lo hará desde hoy con el corso con la participación de comparsas y carros alegóricos que –ojalá que con puntualidad y mayor orden– harán su paso por un nuevo y más amplio escenario, el denominado cambódromo, construido en tiempo récord por el municipio, entre el 4.º y 7.º anillo de la prolongación de la avenida Mutualista.

Calificada como la ‘obra del siglo’ por el alcalde de Santa Cruz de la Sierra, fue ejecutada con una celeridad deseable para otras obras de competencia edil como, por ejemplo, las aceras que todavía están a medio construir en muchas partes del casco viejo de la ciudad o la doble vía Santos Dumont, que lleva meses de retraso.

Con motivo del corso y del estreno del cambódromo, la Policía y la Gendarmería municipal desplegarán miles de efectivos para brindar seguridad a los carnavaleros como a la masiva presencia de los miracorso. Es de esperar que el plan cumpla sus objetivos y también que los asistentes tomen sus previsiones en su propio resguardo porque las grandes concentraciones humanas atraen como imán a los delincuentes, más aún en un clima de inseguridad que se agita y acrecienta por estas fiestas.

Después del corso y durante tres días, como ya es tradición, el festejo y la mojazón seguirán en las calles. Para evitar excesos siempre deplorables, los comparseros no tendrán acceso a la plaza 24 de Septiembre y también se ha previsto la protección de los edificios patrimoniales del centro para evitar que sean pintarrajeados por inadaptados que parecen disfrutar con las salvajadas que cometen contra la indefensa ciudad que los cobija y que son incapaces de respetar.

Hace poco comentamos sobre la necesidad de prevenir y castigar drásticamente los daños al ornato y que, aparte de los anunciados controles, sea evitada la venta de tintas y pinturas que ya fueron utilizadas –¡ya es el colmo!– en pleno corso infantil y que se ofrecen incluso en supermercados y hasta en las esquinas de la plaza, en las propias narices de policías y gendarmes.

Finalmente, reiteramos el deseo de que el Carnaval 2014 transcurra con tranquilidad, como expresión de verdadera alegría, sin dramas, ni suciedades ni tragedias. Que marque de aquí en adelante el ejemplo a seguir en las futuras fiestas grandes de los cruceños

Consejo Editorial: Pedro F. Rivero Jordán, Juan Carlos Rivero Jordán, Tuffí Aré Vázquez, Lupe Cajías, Agustín Saavedra Weise y Percy Áñez Rivero

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