lunes, 15 de abril de 2013

PDVSA (Petróleos de Bolivia) en tono de reproche, comunicó al Gobierno de Bolivia que se suspenden las inversiones en Bolivia, hasta que YPFB cumpla sus compromisos. (El Deber de SC)

VENEZUELA RECLAMA PAGO A BOLIVIA POR TALADRO GIGANTE


La empresa petrolera estatal venezolana anunció que suspende temporalmente sus inversiones en Bolivia en espera de que YPFB cumpla sus compromisos de inversión en Petroandina, el consorcio que han conformado ambas empresas.

El anuncio tiene un evidente tono de reproche, que seguramente los responsables del manejo de YPFB pueden explicar.
A los pocos días de conocida esa noticia, el presidente interino de YPFB, Carlos Villegas, estaba haciendo, con cuatro años de demora, el anuncio de la licitación para la construcción de la carretera de acceso a la zona de Lliquimuni, en el norte del departamento de La Paz, donde Petroandina debe hacer trabajos de exploración usando un taladro venezolano.

La decisión de Pdvsa muestra un cambio de actitud de la empresa venezolana, que se produce incluso antes de que se haya elegido al nuevo presidente de Venezuela, mostrando que hay prisa en tomar ese tipo de decisiones.

La empresa venezolana atraviesa por graves problemas, comenzando por una deuda financiera que llega a los 30.000 millones de dólares, además de pesadas obligaciones con sus proveedores.

La producción de petróleo de Venezuela cayó, en los doce años de gobierno de Hugo Chávez, de 3,2 millones de barriles por día a solamente 2,3 millones. La deuda pública venezolana pasó de 40.000 millones a 110.000 millones.

Todo esto parece haber preocupado a los responsables del manejo de la empresa Pdvsa, a juzgar por el anuncio que han hecho respecto de las inversiones en Bolivia.

La empresa venezolana probablemente comience ahora un ajuste severo de sus operaciones, lo que pone en duda el futuro de los envíos de petróleo sin costo a Cuba y Nicaragua.

Para Bolivia es probable que este cambio obligue a Pdvsa a pedir que se paguen las deudas pendientes por el diésel. Y si el consorcio Petroandina llegara a disolverse, habría que compensar a la venezolana por los perjuicios que ha tenido.

La decisión de suspender inversiones representa una actitud de los herederos de Chávez. Si el presidente de Venezuela fuera Henrique Capriles es probable que la política de austeridad registre expresiones mucho más severas.

Por el momento, lo que queda para Bolivia es pedir una información completa sobre el estado de la sociedad con Pdvsa. Y ojalá se pudiera explicar por qué YPFB está recibiendo reproches de parte de empresas estatales extranjeras.

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