miércoles, 23 de mayo de 2012

coca cero anunció Cáceres "zar de la droga" añadiendo en los parques de reserva natural. Humberto cree que Cáceres hizo el anuncio sin consultar con EM y si así fuera significaría la guerra contra el narco y los cocoleros


El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, tiene la costumbre de decir cosas que no se cumplen. A veces parece que no está en sintonía con el gobierno.
Acaba de decir que el gobierno se propone aplicar el criterio de coca cero en todos los parques nacionales.
Es probable que lo haya dicho como parte de las maniobras del gobierno frente a la marcha del TIPNIS. (El gobierno no se ha percatado todavía de que el caso TIPNIS está cerrado: se ha convertido en el símbolo que divide a los bolivianos entre cocaleros y no cocaleros. Ya no importa si la marcha llega o no a La Paz: ese parque es el parte-aguas de la profunda política boliviana.)
Pero si el anuncio de Cáceres fuera verdadero, si estuviéramos ante la perspectiva de que el gobierno desaloje a los cocaleros de todos los parques nacionales, estaríamos ante una guerra. Una guerra en serio.
Los parques Choré, Amboró, Carrasco, Tunari, además del Madidi y el Noel Kempff, son territorios copados por los cocaleros y sus socios, los narcos.
Los campesinos de Yapacaní denunciaron que el Choré es un territorio ajeno a la soberanía de Bolivia, porque allí actúan grupos armados que impiden el ingreso de la policía. Una denuncia internacional sobre la presencia de grupos armados en el Madidi no ha sido desmentida por las FFAA, ocupadas en trabajos proselitistas en el TIPNIS.
En el propio Chapare, como lo sabe muy bien el señor presidente, la policía no tiene pisada. Sólo tienen autorización de ingreso los cisternas que llevan diesel a ocultos consumidores en la selva.
Esto es muy serio. Si lo que dice Cáceres es cierto y el gobierno se va a proponer restablecer la soberanía nacional en los parques, habrá que prepararse para una guerra.
Si Bolivia ganara esa guerra, se acabarían los ingresos ilegales que provocan la ilusión de estar viviendo un boom económico, pero también se acabaría la pesadilla que vive el país por el narcotráfico.
Son guerras que hay que librar. Como en Colombia, donde se combate a los cocaleros y narcos desde hace cincuenta años. O en Perú, donde el complejo coca-droga del VRAE, ha provocado ya la primera crisis de gabinete de Ollanta Humala.
Si va a comenzar esta guerra, habrá que comprar latitas de atún. Muchas latitas de atún.

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