miércoles, 21 de diciembre de 2016

Los Tiempos se refiere al Noveno del MAS que lanza mensajes para desentrañar. la necesidad de conservar "sus pegas" porque se trató de un juntura de empleados públicos a todo nivel, ministerios, gobernaciones, alcaldías copados por masistas. Evo se declara sucesor de Fidel. se deja llamar "comandante" para militarizar su partido, preanuncio de la caída del Madurismo en Venezuela y del Correismo en Ecuador, el tácito desconocimiento de su propia CPE, "ya no le sirve". mensajes para el pueblo, especialmente para los masistas que estarán obligados a obedecer a "su comandante". LT concluye que ésto no sólo es anecdótico, va más allá.

El IX Congreso del MAS

Es la militancia del MAS, temerosa de perder el goce del ejercicio del poder, el objetivo primordial de estos mensajes. Si quieren mantener sus privilegios, deben aglutinarse alrededor del comandante
Al margen de las confrontaciones entre las corrientes que conviven en el Movimiento Al Socialismo (MAS) y la forma de resolverlas, que son una constante en la vida de los partidos políticos en general, se podría sostener que su IX Congreso deja una serie de mensajes no implícitos que conviene desentrañar.
De hecho, su realización parece responder a una decisión forzada por el incremento de las pugnas internas, así como el descrédito sostenido de la gestión estatal, particularmente desde febrero pasado, cuando la población rechazó la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE) para habilitar una nueva postulación de los actuales primeros mandatarios en las elecciones de 2019.
Desde entonces, los líderes de las diversas corrientes se han dedicado a copar espacios de poder que les permitan adquirir tal peso específico que puedan postularse candidatos o determinar quiénes lo serían. Ese ambiente más la difusión de encuestas que establecen que sólo Evo Morales puede ser un candidato victorioso del MAS (lo que ahora también ya está en duda), convencieron a los dirigentes del MAS de convocar al Congreso y que éste se realice entre Montero, Santa Cruz, y culmine en Villa Tunari el 18 de diciembre, día en que se recordó el 11º aniversario de su primera victoria electoral.
Dejando de lado la retórica oficial, hay tres momentos que se debe destacar. El primero, cuando el Primer Mandatario se declara Comandante y asegura que seguirá las enseñanza de Fidel Castro, así sea que Bolivia se quede sola. En esta declaración hay tres elementos de atención: la ansiada militarización del proyecto del MAS, con un comandante a su mando; el preanuncio de las caídas del chavismo en Venezuela y el correísmo en Ecuador, y que se debe asumir estoicamente su propuesta anticapitalista, antimperialista, antiliberal.
El segundo, cuando advierte que cumpliendo la ley poco se puede avanzar. En realidad, lo que está reivindicando es el carácter transgresor del MAS que, si bien fue útil en sus orígenes, a partir de la promulgación de la nueva CPE se convierte en su propio contradictor, pues la ley está dada por quienes mandan entre los que, además, uno de ellos es comandante.
El tercero, es el forzado montaje de un líder político “obligado” a mantenerse en la arena electoral por decisión del “pueblo”, montaje que se cae cuando el Mandatario recupera, como en el tema legal, la consigna de quedarse en Palacio de Gobierno para siempre, consigna que es reforzada con la decisión de declarar el 18 de diciembre “Día de la revolución democrática y cultural” por ley tramitada ante la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Por último, es posible sostener que la ciudadanía es una destinataria indirecta de estos mensajes. Es la militancia del MAS, ya burocratizada al extremo y temerosa de perder el goce del ejercicio del poder, el objetivo primordial, pues se les advierte que si quieren mantenerse en él, deben aglutinarse alrededor del comandante y aceptar los sacrificios que éste les exige.
Forzado o no, el IX Congreso del MAS es un evento que trasciende la anécdota.

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