CONSTITUCIÓN INCÓLUME
La tentación de desmenuzar los acontecimientos de los últimos noventa días
como causa de la aceleración hacia un resultado previsible, es mucha. El que
más o el que menos, escogió de un amplio abanico de opciones, las razones que
más le acomodaban para su decisión. Hay
mucho de aquello de la gota que colma el vaso, sobre todo para quienes la
balanza aún no se inclinaba evidentemente.
Este referendo, cuya precisión de objetivo se perdió por lo
inobjetablemente plebiscitario que le imprimió el oficialismo, ha sido una
catarsis para la mayoría de los que se inclinaron por el No. En toda relación
larga, existen momentos de crisis, que exigen replanteos, sin que posiblemente medien
razones de fondo, y se opte por un rompimiento, o por la reafirmación del vínculo.
Los humanos somos animales de costumbre y también racionales, y solemos
replantearnos periódicamente, en un espacio de reflexión, en que aspectos nos
sentimos satisfechos y cuáles son las decisiones que debemos adoptar para cambiar
el rumbo de las cosas.
No se trata de situaciones inaguantables, se trata de una suma de
circunstancias que sumadas, si se hacen inaguantables. Evo Morales ha tenido sus aciertos, siendo el
establecimiento del tema marítimo como política de Estado lo más destacable. Sin embargo y gracias a la campaña, es él
mismo, fiel a su estilo personalista, quien quiebra la cohesión del importante
equipo, nada menos que en la persona del vocero Carlos Mesa, cuyo desempeño en
el tema, ha merecido reconocimiento de propios y extraños. Es un hecho que Evo Morales, es fiel, sobre
todo lo demás, al gran ego que convenientemente le han edificado otros para
mantenerse a flote en los recovecos del poder.
Nunca, en los diez años de gobierno, le ha dado crédito alguno a la buena
fortuna que lo acompañó hasta ahora, por la que el país se ha beneficiado de
increíbles cotizaciones de nuestras materias primas. Nadie ni nada, que no sea
su personalismo, ha contribuido en nada en la estabilidad emergente de los
ingentes recursos, mal y demagógicamente utilizados, que es lo que le ha
permitido mantener un clientelismo sólido en tanto y cuanto fluyan los fondos discrecionalmente.
Las evidencias de la baja en el flujo de ingresos al Estado, están a la vista.
Pero él prefiere no verlas.
El anuncio de una conferencia de prensa a horas del cierre del cómputo que
confirmó el rechazo mayoritario a la posibilidad de una cuarta re elección,
despertó la leve ilusión, que el Presidente aportaría con un ambiente de
tranquilidad y cierta autocrítica relacionada a ese resultado adverso para sus
aspiraciones aceptando que hay rumbos de la administración, que deberían
rectificarse. Pero una vez más y como siempre, Evo Morales no cedió ni un
centímetro en su posición confrontacional, desafiante y excesivamente soberbia. Para él, se ha perdido una batalla pero no de
la guerra (?) y en anecdótica interpretación, define el "Si, es si a la
reelección, y No, es no te vayas Evo". Una falsa campaña según él,
orquestada en áreas rurales por la "derecha". Ese descalificar constantemente a la población
a quien niega absolutamente la mínima capacidad de discernimiento, es porque en el fondo, no acepta las
manifestaciones genuinamente democráticas.
Es poco lo que podemos esperar. O nada que no sea más de lo mismo. Evo
Morales y García Linera, declaran que la revolución se profundizará. Nicolás
Maduro y Diosdado Cabello, hace poco, han negado de antemano que entregaran el
poder. Todo es ilegalidad y casualmente, apelan a la profundización de la
revolución bolivariana, mientras la gente hace largas filas por dos pedazos de
pan. La enmienda a la Constitución que llevó a Chávez a imponer gestiones
indefinidamente, es una figura que, esperamos, ni se les ocurra por aquí.
La "guerra sucia" que en cualquier democracia del mundo se
consideraría un legítimo ejercicio de periodismo investigativo de graves
implicaciones, encima encontró en las redes sociales una caja de resonancia
inimaginada. No hay duda que apuntarán toda su artillería en esa dirección, en una
maniobra que es previsible, se convierta en un nuevo boomerang. Que las redes sociales "tumban
gobiernos" como lo expresara, es cierto. Pero la pregunta es a qué tipo de
gobierno tumban. Si eso fuera un deporte cibernético, de infalible
capacidad, ya se hubiera desarrollado
una especie de escudo antimisiles para neutralizarlo. Y una mala noticia para
los súbitamente proactivos cocaleros: las redes ya forman parte de la libertad
de expresión y llegaron para quedarse. Claro que tienen la opción de pedir
residencia en Corea del Norte donde se verían libres de este y otros azotes.
Lo que ha quedado más que claro, es que no hay ídolos inamovibles. Pies de
barro, tienen todos. Y la ciudadanía ha encontrado gracias a este referendo,
cura al síndrome del esclavo agradecido. Es indudable que los bolivianos han
superado -por el intento prorroguista del Mas-, esa pasividad resignada, automatizada,
y ese manifiesto temor uniforme para pensar. Por lo que se ha podido observar, ha gustado mucho eso de opinar más allá de lo
aparente, con creatividad y autonomía.
Karen Arauz
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