lunes, 4 de mayo de 2015

modernizar las FFAA comprando 16 misiles, 20 aviones, 40.000.- rifles. no se da un total aunque se estima pasará el gasto de 400 millones de dólares. sería formidable y en buena hora, pero...los turbios negocios dentro de estas FFAA, como la compra de barcazas chinas, la quiebra de la Inndustria de Armas, y otros aconsejan tratar el tema con extremo cuidado y mostrar claridad y transparencia. El Deber de SC

Soplan vientos de modernización en la Fuerzas Armadas de la nación: se ha anunciado la compra de 16 radares de fabricación francesa por un valor de más de 200 millones de dólares, así como la adquisición de una veintena de aviones y de 40.000 rifles, cuyos costos aún no han sido revelados. Con ello se pretende, según se informó, que la institución castrense esté mejor dotada para sentar soberanía en cielos bolivianos, sobre todo en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando.

Cabe aclarar que algunos de los radares serán destinados al control del tráfico aéreo civil-comercial, operación que ahora solo cuenta –aunque cueste creerlo– con uno solo de estos aparatos, en la ciudad de Cochabamba. Es obvio que las referidas adquisiciones forman parte del equipamiento básico que toda institución militar que se precie de competente debería tener. Más bien, uno se pregunta por qué se ha demorado tanto en tenerlo, considerando que a las Fuerzas Armadas se le asigna una parte importante del Presupuesto General del Estado, en detrimento de otros sectores públicos –como el de la salud– cuyos servicios a la población boliviana están a punto de colapsar.

Con mayor razón, el potenciamiento de las Fuerzas Armadas se debe llevar a cabo dentro de un marco de estricta racionalidad, cotejando solo las más apremiantes necesidades con equipamiento eficiente, pero con un costo ajustado a nuestra realidad económica. Asimismo, las millonarias inversiones militares que se vienen deben someterse a una rigurosa fiscalización por parte de las instancias correspondientes, a fin de que no se repitan emprendimientos de dudosa factibilidad, como lo fue la creación de la Empresa de Construcciones del Ejército, cuyo fracaso ha causado un gran daño económico al Estado, con el agravante que no hay quién se responsabilice de ello.

En definitiva, la modernización de las Fuerzas Armadas debe hacerse en función del verdadero rol constitucional de la institución; que la inversión militar desestime todo afán de querer comprar lealtades para acaparar poder –algo innecesario en tiempos de democracia– y que se destine exclusivamente a proteger la soberanía patria, que, hoy por hoy, está siendo menoscabada por las intensas actividades delictivas de bandas que se desplazan con asombrosa facilidad por el espacio aéreo, acuático y terrestre de toda nuestra geografía nacional

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