sábado, 15 de noviembre de 2014

qué hacer con nuestros jóvenes? El Deber reflexiona e informa que al menos 30 mil jóvenes están inmersos en lo que se llama "pandillas juveniles" y Carlos Valverde decía que son "carne de cañón para todo tipo de actividades delincuenciales" tan es así que los usan los narcos, los delincuentes, los comerciantes...veamos:

En Bolivia suman ya poco más de 30.000 los adolescentes y jóvenes, entre hombres y mujeres, que forman parte de alguna de las más de mil pandillas existentes en diferentes ciudades. De estos grupos, el 99% está involucrado activamente en peleas, robos, asaltos y atracos, según informes de fuerzas policiales. También se ha llegado a establecer la participación de pandilleros en el microtráfico y la distribución de drogas en establecimientos educativos y en otros lugares. 

La formación de estas organizaciones delictivas resulta, fundamentalmente, de la desintegración familiar, la marginalidad, la extrema pobreza, así como de la falta de educación y de oportunidades.


Las ciudades del eje troncal (La Paz, con el 34%; Santa Cruz, con el 22% y Cochabamba, con el 14%) registran la mayor cantidad de esas agrupaciones que se están volviendo cada vez más agresivas. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana ha registrado, en los últimos años, un incremento del 8% de las pandillas y que la edad de reclutamiento de sus miembros bajó de los 15 a los 12 años. 

Leonardo, apodado ‘Negro’, es un chico de apenas 15 años que lidera a los DCA2, una de las pandillas más temibles en Santa Cruz de la Sierra y cuyo símbolo impreso en muros, viviendas, colegios y otros edificios busca sentar presencia y delimitar el ‘territorio’ de los revoltosos en diferentes zonas de la ciudad. A pesar de su corta edad, ya tiene un homicidio sobre sus espaldas a raíz de la pugna por el mando entre bandos contrarios. La víctima fue otro pandillero, seis años mayor que él, golpeado con un bate de béisbol y apuñalado, después de que tras la ingesta de alcohol mezclado con gaseosas durante una fiesta en el domicilio de un barrio de la periferia urbana estallara una violenta gresca que derivó en el hecho de sangre. Ahora Leonardo se las tendrá que ver ante la justicia por el delito de homicidio y asociación delictuosa. He ahí un capítulo siniestro que pinta de cuerpo entero el diario discurrir de estos grupos de bisoños delincuentes.

Por su expansión y sus métodos cada vez más violentos, es muy preocupante el problema que las pandillas juveniles representan en Bolivia. Pero todavía es tiempo de evitar que esos grupos marginales se conviertan en una pesadilla atormentadora para la sociedad. Por eso es urgente priorizar la prevención en el seno del hogar y en el ámbito educativo. Un menor de edad formado sólidamente en valores es mucho menos proclive a tomar el mal camino en la vida

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