miércoles, 6 de abril de 2016

socarrón, aunque profundo Paulovich se ocupa de la Pastoral, "es la voz de Dios" le comentó a su reportera que los obispos están alarmadosal percibir que la cocaína, su fabricación y consumo y comercialización han crecido desmesuradamente.

Cuando mi socia periodista me hizo entrega de la Carta Pastoral de los obispos bolivianos me emocioné y dije a la cholita cochabambina que la palabra de la Iglesia es la voz de Dios y nos orientaría en medio este mar de confusión, mentiras y corrupción en el que nos debatimos los bolivianos por culpa de aquellos que hicieron de la mentira su principal arma política. 
Al verme tan firme al recibir el documento episcopal, mi discípula periodística me preguntó si alguna vez yo había sentido el llamado de Dios para colaborar con la Iglesia en la difusión de su Evangelio, sonriendo ella socarronamente cual si conociera mi conciencia. Dije a la cholita valluna que ella, yo y todos los cristianos debemos saber que la palabra de nuestros obispos nos conducirá siempre a la verdad.
Sin embargo, mi comadrita me dijo burla burlando que le gustaría verme actuando de párroco en su natal Quillacollo, posibilidad que rechacé con fuerza, pues mis ambiciones eclesiásticas llegan sólo hasta ser un monaguillo.
Con mi autoridad de monaguillo pedí a la cholita que resumiera para mí y para mis lectores las verdades fundamentales que contiene la Carta Episcopal y que hicieron brincar cual si hubieran sido picados por una víbora al presidente Evo Morales y a los que aplauden y apoyan toda palabra que sale de su boca.
Pacientemente, Macacha volvió a leer el documento episcopal, y me dijo lentamente porque ella sospecha de que soy lerdo de entendederas: Nuestros obispos están alarmados al percibir que la cocaína, su fabricación, su comercialización y su consumo han crecido desmesuradamente en Bolivia y han comprometido a ciudadanos bolivianos que pertenecen a esferas gubernamentales.
Macacha, quien es mucho más inteligente que algunos gobernantes que deambulan por las oficinas y pasillos del Palacio Real de la plaza Murillo, no pudo evitar una risa jacarandosa ante la reacción iracunda del oficialismo ante una verdad de tomo y lomo lanzada por los valientes obispos que no vacilan en denunciar a los cuatro vientos su preocupación al ver que la cocaína no sólo es mercadería de tránsito por nuestro territorio, sino es un estupefaciente que se fabrica en ciudades y pueblos de Bolivia y que la coca no sólo se produce en la región del Chapare sino en extensos territorios que antes producían fruta y otros productos destinados a la alimentación de nuestro pueblo.
Por último, Macacha me mencionó a jefes policiales que ahora son juzgados en tribunales de un país extranjero.
Hiriendo sus sentimientos y su noble corazón, recordé suavemente a Macacha que nuestro presidente Evo, continúa siendo el máximo dirigente de la Federación de Cocaleros del Chapare, verdad que ella aceptó con lágrimas en sus chaskañawis.

No hay comentarios: