miércoles, 15 de febrero de 2012

Humberto Vacaflor abunda en argumentos para mostrar "el estado fallido en que se está convirtiendo Bolivia" alejada de la gobernabilidad y el Estado de Derecho

En pocos días, el Estado boliviano renunció a su derecho de ejercer soberanía en una región de los Yungas de La Paz y en su obligación de defender a la Policía Nacional en la región de Anzaldo, Cochabamba.

Hay estudiosos que han observado cómo algunos Estados, los más débiles, van cediendo sus atribuciones sobre el territorio que supuestamente controlan, hasta que se declaran formal y rígidamente fallidos.

Lo que hizo el Estado boliviano, por mano del actual gobierno, del presidente Evo Morales, es rendirse ante las fuerzas improvisadas de los cocaleros de La Asunta, que dieron una paliza a los policías que osaron cumplir sus tareas de erradicación de cocales ilegales.

Los cocaleros de esa región habían anticipado que crearían sus grupos de autodefensa porque no aceptan que sus cocales ilegales sean erradicados por las fuerzas del Estado que, supuestamente, comprende todo ese territorio.

Unos meses antes, misteriosamente, una avioneta que llevaba expertos de la o­nU que estaban localizando los cocales ilegales fue derribada, o algo por el estilo, pero lo cierto es que un alcalde de la zona informó que habían encontrado vivos a los pasajeros y tripulantes, pero luego se supo que estaban muertos.

Los deudos siguen pidiendo que se investigue el “accidente”, pero nadie les presta atención.

El otro episodio de capitulación del Estado boliviano se dio en la jurisdicción que tiene para el control del comercio exterior. Un comando de la aduana capturó a unos contrabandistas en Anzaldo pero luego fue atrapado por las “autodefensas” de ese grupo. Muy malheridos, los aduaneros esperaban que la Aduana Nacional, del Estado boliviano, hiciera lo que correspondía, iniciar un juicio a los culpables, pero en ese momento fue que se produjo la capitulación. El Estado boliviano es más débil que los grupos armados que defienden a los contrabandistas.

Los dos narcotraficantes detenidos por la policía en el Chapare, que fueron liberados por una horda de cocaleros ilegales, son otra prueba de este encogimiento del Estado boliviano.
Agustín Saavedra dice que estos son casos de “Estados semifallidos”.

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