miércoles, 27 de septiembre de 2017

se va quedando "sin colchones de reserva" seguir apostando por el incremento del gasto interno, pone en riesgo el estado financiero, conviene achicar el gasto y considerar los menores ingresos del Tesoro so pena de males mayores, recomienda el FMI al Régimen masista.

El Gobierno boliviano nunca ocultó el orgullo que sentía cada vez que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos “imperialistas” le palmeaban el hombro haciendo elogios a la política macroeconómica, tal como lo hicieron con los “indeseables neoliberales” del pasado. Eran tiempos en los que nada podía ir mal, con el petróleo a más de 100 dólares el barril, con algunos minerales cotizando cinco veces por encima de los niveles históricos y con una China y un Brasil comprando como nuevos ricos. Era cuestión de poner piloto automático, no incurrir en los desórdenes de Venezuela o Argentina, un bono por aquí, otro por allá, aumentar el gasto y listo: modelo económico infalible.
Pero ha sido el mismo FMI el que, al mejor estilo de los maestros que saben de pedagogía y no quieren herir a sus estudiantes, acaba de repetir los elogios del pasado y a continuación ha pintado la dura realidad que enfrenta el país, cuya fragilidad no ha cambiado un ápice pese a haber pasado por la mayor bonanza económica de su historia.
La jefe de la Misión para Bolivia del FMI, Nicole Laframboise, quien además es la Subjefa de División de la División Meridional II del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, ha destacado los logros que en materia económica consiguió Bolivia en los últimos años, pero ha advertido también que existen riesgos, si es que no se aplican ajustes que ayuden a hacer frente a la crisis económica.
La especialista ha puesto en duda la estrategia que sigue el Gobierno de seguir apostando por el incremento de gasto público para mantener los niveles de crecimiento. Según el FMI, el abultado derroche estatal y “la expansión de crédito del Banco Central a las empresas estatales, ha incrementado los riesgos fiscales y los posibles pasivos del Estado”, factores que incidirán en un riesgo crediticio en el sector financiero por el “gran ritmo” de los préstamos.
Considera que Bolivia se está quedando sin colchones de reserva y, con el aumento del déficit fiscal, no queda otra salida que achicar el gasto y recurrir a una mayor flexibilidad cambiaria que ayude a las exportaciones.
El organismo cree que el “modelo económico” que funcionó muy bien con altos ingresos por la venta de materias primas, puede no ser efectivo en circunstancias adversas, lo que pondría en peligro las metas de erradicación de la pobreza y acceso universal a los servicios de salud y educación para el 2025.
Como conclusión se puede afirmar que no es necesario ser el FMI para advertir sobre estos peligros que se vienen repitiendo con insistencia desde mucho antes del 2014, cuando se pudo advertir que la disminución de la demanda de China traería consecuencias naturales como la disminución de los principales productos exportables, principal fuente de ingresos del país, cuyo reto debía ser la diversificación de la economía y la búsqueda de la sostenibilidad.
El FMI cree que el 'modelo económico' que funcionó muy bien con altos ingresos por la venta de materias primas, puede no ser efectivo en circunstancias adversas, lo que pondría en peligro las metas de erradicación de la pobreza y acceso universal a los servicios de salud y educación para el 2025.

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