lunes, 25 de julio de 2016

Carlos además de alto dirigente del MNR, fue ministro de Defensa, de tal modo que el tema que hoy trata, lo conoce bien. la forma cómo los seguidores de Castro y Chavez, han sometido a sus FFAA al precio de altas prevendas, cohecho, uniformes de todos los colores y muchas bandas y desfiles, además de jugos sueldos, en "asalariados del MAS" al que obedecen sin chitar...no se entiende que siendo Bolivia pacifista sus uniformados estén en una franca carrera armamentista y reclutando conscriptos pese a la oposición de su obligatoriedad, hoy fuera de vigencia en la mayoría de los países del mundo.

El control de la fuerza es una característica fundamental y una necesidad imprescindible de la dictadura, pues por su natural falta de legitimidad le permite tomar y/o mantener el poder, sostener la liquidación de los elementos esenciales de la democracia y someter al pueblo. Las dictaduras del socialismo del siglo XXI extendidas hoy en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua presentan claramente esa característica porque han logrado que los ejércitos regulares, en lugar de ser organizaciones institucionalizadas en el marco del estado de derecho -fuerzas armadas de la nación- sean hoy solo el brazo armado de la opresión del régimen. En los países no democráticos los ejércitos no están al servicio de la nación ni del Estado, son las fuerzas armadas del régimen.
En el concepto de “estado de derecho”, que es uno de los elementos esenciales de la democracia, todos los poderes que conforman un estado y los individuos que los integran están sometidos a la ley, desarrollan su funciones y cumplen sus competencias de acuerdo al ordenamiento jurídico que tiene como fundamento la constitución y nadie puede estar por encima de la ley. Bajo este principio el rol de las fuerzas armadas se encuentra establecido en la constitución política y su subordinación al poder civil es una característica desarrollada en el marco de las leyes que conforman un sistema institucional para que sean la garantía de estabilidad y seguridad para el país, para sus ciudadanos y para los propios miembros de las fuerzas armadas que simplemente son parte del pueblo. No se trata de servir a un Gobierno o a un individuo, es el servicio al país por encima de gobiernos y personas.
En la historia de la destrucción de la democracia, el papel de las fuerzas armadas en el siglo XX ha sido el de actuar en beneficio propio estableciendo gobiernos militares conocidos como dictaduras militares, muy frecuentes en América Latina en tiempos de la guerra fría donde las dos potencias en contienda auspiciaron y sostuvieron dictaduras militares de izquierda y de derecha convirtiendo a los ejércitos en un aventajado instrumento armado en el juego político. Como consecuencia de ese proceso ha sobrevivido la dictadura castrista en Cuba que comenzó siendo guerrillera para terminar con los ejércitos del sistema, pero que ha desarrollado por 57 años un gobierno esencialmente militarizado, con ejércitos que son y están al servicio del régimen.
En la salvación y posterior expansión del castrismo desde 1999 a partir de su alianza con Hugo Chávez y el inmediato ataque contra las democracias en América Latina, el control y la deformación del rol de las fuerzas armadas comenzó en Venezuela aprovechando la condición militar del presidente y luego dictador Hugo Chávez que incluso cambió el nombre de la institución que hoy se denomina “Fuerza Armada Nacional Bolivariana” con el propósito de convertirla en su instrumento de fuerza. Además de la denominación, se puso en marcha el inmediato cambio de la “doctrina” para abrazar los conceptos castristas disfrazados de nacionalismo con el discurso “antiimperialista”; se integró el Gobierno con jefes militares, se otorgaron competencias civiles y políticas a personal militare, en suma se politizaron las fuerzas armadas y se militarizó la política, con resultados de sumisión en lugar de subordinación, altísima corrupción, vinculaciones al narcotráfico y absoluta destrucción institucional. Los militares venezolanos que defendieron su patria, su institución y su juramento fueron prontamente muertos, enjuiciados, perseguidos, encarcelados y exiliados, por eso muchos de los presos políticos de la dictadura venezolana son militares.
El proceso de cubanización dictatorial de las fuerzas armadas venezolanas se ha repetido en los países con gobiernos del socialismo del siglo XXI. En Bolivia Evo Morales en persona, para encubrir los crímenes que cometió en derrocamiento del gobierno constitucional en octubre de 2003, presentó juicio y manipuló –con sus fiscales y jueces- una sentencia contra los miembros del alto mando militar de 2003, hoy presos políticos; con esa señal de fuerza el líder cocalero devenido en capitán general siguió el camino de Chávez con la agenda castrista en el cambio de la doctrina de las fuerzas armadas “de la nación” por las fuerzas “del régimen” o “del jefe del estado”, al punto que hoy está listo para inaugurar su “escuela militar antiimperialista” que ha incorporado como parte del sistema de estudios de los militares que no podrán ascender del grado de tenientes sin cursar tal “entrenamiento”. Además de eso Morales no se descuida de perseguir y humillar a destacados militares como el Gral. Gary Prado que capturó al Che Guevara, mientras ha convertido en héroe al guerrillero sanguinario que invadió la soberanía boliviana y que mató decenas de soldados de la Patria.
La relación del Rafael Correa con las fuerzas armadas Ecuador han seguido la misma agenda y se encuentran en una fase en la que el jefe de Carondelet se ha visto en la necesidad de hacer purgas en los mandos tocando los beneficios económicos institucionales, pero el control del régimen no parece estar en cuestión. En Nicaragua, Daniel Ortega es prácticamente el dueño de un sistema militar cuya pertenencia al régimen no se discute. La característica adicional de esta “metamorfosis” de las fuerzas armadas por el socialismo del siglo XXI es la extrema corrupción que resulta indisimulable. Basta ver la penetración del narcotráfico, las compras y equipamientos militares convertidos en adquisiciones de materiales inservibles de alto precio, la necesidad de impunidad y la actitud de los mandos militares que sostienen a sus gobiernos dictatoriales por interés propio, la prebenda que los transforma de soldados en mercenarios. Sin duda hay militares de honor y disgustados con todo esto, pero hoy, estas son las fuerzas armadas –otrora de la Nación- convertidas en fuerzas de los regímenes dictatoriales.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

lunes, 11 de julio de 2016

no podemos quedarnos de brazos cruzados ante la ola de criminalidad que azota Bolivia, especialmente SC, donde al parecer vienen actuando bandas criminales ligadas al narcotráfico, con total impunidad. la ciudadanía está paralizada por tanto asesinato y pronto las reacciones se producirán en cadena, ojalá sin la efusión de sangre que causa tanto miedo

Meses atrás, en una confusa acción -hasta el momento no esclarecida en plenitud- cuatro ciudadanos extranjeros fueron acribillados por efectivos policiales en lo que se presentó como “enfrentamiento”, aunque surgieron dudas acerca de la verdad sobre el sangriento hecho, el que parece haber estado vinculado con el narcotráfico y presuntas actividades ilícitas de algunos policías. En la población fronteriza de San Matías y alrededores cada tanto se producen asesinatos a sangre fría, triste contrapartida de “ajustes de cuenta” entre mafias rivales. Las acciones criminales se ven facilitadas por la nula o escasa presencia policial en esa zona geopolíticamente sensible. Recordemos que se trata de uno de los “corredores” por donde transita la cocaína hacia el vecino Brasil y ultramar. El último de los crímenes en la región se cobró la vida de un adulto mayor ejecutado a sangre fría. El crimen quedará sin resolverse, tal como -con preocupación- podemos constatar ha sucedido en varios casos anteriores.
Recientemente se encontraron los restos atados, baleados y calcinados de cuatro personas. Estamos en presencia de otro ajuste de cuentas, esta vez ejercido con extrema crueldad. Una vez más surge el fantasma de las drogas ilícitas. En combinación con estos aberrantes hechos se ha mencionado la posibilidad de pugnas entre dos bandos por tráfico de estupefacientes e inclusive una posible afinidad de algunos policías con los delincuentes; se informó también que una de las hipótesis es que se trató de un “volteo” de varios kilos de cocaína que debían ser transportados a Chile.
Todo este horror cotidiano ya resulta intolerable. Es casi imposible vivir en una sociedad impregnada por el crimen organizado que actúa con impunidad y donde, para colmo, las reiteradas sospechas sobre posibles participaciones de policías deshonestos complican aún más la situación, al punto de generar elementos de inseguridad ciudadana de tal magnitud que directamente lindan con el miedo. 
Es hora de frenar la escalada. Si el Estado hasta el momento no puede hacerlo, ello prueba la existencia de elementos fallidos en su interior que deberán ser resueltos. Se precisa una fuerza de seguridad -nacional o internacional- de reconocida solvencia para evitar y prevenir la sucesión de crímenes. Claro que primero tendría que eliminarse su causa básica: el tráfico ilegal proveniente de Chapare, zona que destina más del 90% de su producción de hojas de coca hacia la cocaína, según lo han certificado varios y muy serios organismos internacionales.

lunes, 4 de julio de 2016

internet ha causado (está causando diríamos) un enorme potenciamiento de la democracia. opinar no es ya monopolio de los periodistas y político, todos podemos hacerlo, rompe internet los moldes tradicinales del poder, lo penetra, lo denuncia y desenmascara. las seudodemocracias tienden a esfumarse. El Dever. SC. J.O.

Es interesante ver cómo las nuevas tecnologías permiten que los añejos conceptos se remocen, el advenimiento de internet ha causado un enorme potenciamiento de la democracia. Incluso podríamos hoy volver a practicar la ‘democracia directa’ griega. Volver a la ‘ecclesia’ de Solón, en Atenas, para discutir problemas nacionales, esta vez por intermedio de comunidades virtuales. Internet también revolucionó y democratizó las comunicaciones. La clásica fórmula emisor-receptor dejó de ser unidireccional para volverse multidimensional. Ciudadanos que antes eran simples receptores pasivos pueden hoy responder y opinar. El periodismo dejó de tener el monopolio de la información, aunque se incorporó versiones digitales.

Aparecieron blogs, Twitter, Facebook, YouTube y otros servicios que podemos ver en cualquier parte del mundo, haciendo realidad la ‘aldea global’ de Marshall McLuhan. Hoy las redes sociales son esa aldea, donde las fronteras nacionales carecen de sentido. La llegada de internet posibilitará la aparición de un ‘nuevo tipo de democracia’, una combinación de la democracia directa griega, en la que los propios ciudadanos tomaban las decisiones nacionales, y la democracia representativa, en la que estas decisiones las toman autoridades elegidas por voto popular. La idea es utilizar el internet para consultar al pueblo las grandes y medianas decisiones que hagan a la vida nacional. Planteo realizar ‘referéndums virtuales’ cada que el caso lo amerite. Esto permitirá materializar la esencia de la democracia: “Forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos”. 

¿Por qué solo las autoridades electas –y las designadas a dedo– tienen que ser las únicas que tomen decisiones? ¿No es este monopolio el causante de la egolatría de los gobernantes, que se creen nuestros ‘patrones’? ¿No es este monopolio el causante de la corrupción pública desenfrenada y grosera? Es imprescindible destacar que esta sugerencia solo es válida para naciones con ‘democracias verdaderas’, pueblos con cultura democrática y gobiernos decentes. Las ‘seudodemocracias’ no son aptas para esta democracia del tercer milenio