lunes, 3 de enero de 2011

enemigos imaginarios que construye la desmesura oficial indicador de la intolerancia y autarquía y la teoría del complot vale con Evo y Cr.


Desde la asunción de Cristina Fernández de Kirchner, en diciembre de 2007, se ha recurrido con llamativa y lamentable frecuencia a la teoría del complot, consistente en la invención de conspiraciones capaces de disimular los errores propios.

Esta táctica fue empleada contra los sectores agropecuarios que se opusieron a la inconstitucional resolución ministerial que aumentaba las retenciones a las exportaciones agrícolas. Poco después, se aplicó contra el vicepresidente Julio Cobos, a quien se tildó de traidor y desestabilizador por haber votado en el Senado en contra de esa medida.

Con peligrosa asiduidad, el gobierno kirchnerista quiso ver confabulaciones entre grupos económicos, jueces y medios de prensa no dispuestos a someterse a los designios del oficialismo. Por ejemplo, cuando un año atrás, una jueza intervino en favor del ex titular del Banco Central, Martín Redrado, en el conflicto por el uso de las reservas pasando por alto al Congreso.

Más recientemente, ante la aprobación por el Congreso de la ley -finalmente vetada por el Poder Ejecutivo- para garantizar el pago del 82 por ciento móvil a los jubilados, desde el Gobierno se esgrimió que los impulsores de esa iniciativa pretendían quebrar al Estado y provocar la caída de las autoridades.

Finalmente, tras los episodios violentos vividos días atrás en la estación Constitución, varios funcionarios, con la ministra de Seguridad, Nilda Garré, a la cabeza, denunciaron sin mayores elementos al Partido Obrero, a Eduardo Duhalde y al macrismo como responsables de los graves desmanes.

Estas teorías conspirativas se suman a la táctica de echarle siempre la culpa al otro por las torpezas propias. Se advirtió tras los violentos incidentes en el parque Indoamericano, cuando la máxima autoridad del país responsabilizó a jueces por el hecho de que delincuentes que son registrados por las cámaras de todos los canales de televisión no tenían órdenes de captura de la Justicia. Omitió la Presidenta que no se requiere orden judicial para detener, a través de las fuerzas policiales, a quien se pasea con un arma por un parque público.

La falta de reacción del Poder Ejecutivo frente a algunas de las citadas expresiones de violencia y de falta de respeto por la propiedad privada o por el espacio público fue absolutamente lamentable y contribuyó a que la violencia provocara muertes.

Los incidentes mostraron el divorcio de visiones entre el mundo de algunos funcionarios políticos y el de los ciudadanos, lo que sugiere que quizá los primeros no estén comprendiendo bien cuáles son efectivamente las urgencias y problemas de los segundos.

Las acusaciones del Gobierno a dirigentes que presuntamente "apadrinaron" a los violentos parecieron olvidar que desde el propio oficialismo se toleró y hasta se avaló la acción de grupos de piqueteros contra empresas privadas.

Las fantasías conspirativas a las que siempre recurren los populistas, con distinta intensidad y devoción, no son ciertamente nuevas en el mundo de la política. Con ellas se pueden buscar pretextos exculpatorios para la responsabilidad frente a problemas o situaciones concretas, o crearse los clásicos chivos emisarios, según convenga.

Ocurre que la credulidad de los desesperanzados aumenta exponencialmente en tiempos de dificultades económicas serias. Y los políticos lo saben o lo intuyen. Por eso, cuando la inflación erosiona fuertemente el poder adquisitivo de muchos, las teorías conspirativas, por absurdas que sean, prenden. Por lo demás, siempre es más fácil desplegarlas que atacar de plano los problemas reales que producen ansiedad en la gente.

La construcción de enemigos imaginarios o el lanzamiento de teorías "destituyentes" no es otra cosa que echarle la culpa a un tercero para distraer la atención de la opinión pública, en lugar de enfrentar y solucionar las verdaderas causas de un problema.

No es ni más ni menos que un reflejo de la desmesura oficial y un indicador más de intolerancia y de un proyecto político que se empeña en demoler lo que incomoda y que no admite otra cosa que adulación y sumisión.

domingo, 2 de enero de 2011

"idas y venidas del gasolinazo" que pasará a la historia como el "diciembre negro" nos lo pinta Marcelo Ostria en EJU.TV

El ‘gasolinazo’ del 26 de diciembre, nos tomó a los bolivianos por sorpresa. Pocos habían reparado en una tanda de ‘spots’ de televisión difundidos por el oficialismo que, por anticipado, se referían a la subvención de los carburantes y al contrabando de gasolina y diesel, aunque sin anunciar medida alguna. Fue un el intento de lanzar mensajes subliminales para que los ciudadanos acepten un duro gasolinazo. Estos mensajes resultaron tan difusos que muy pocos imaginaron que se iba a decretar un alza astronómica de los precios de la gasolina y el diesel, este último importando en su totalidad.

La historia de las subvenciones de diversos productos, pero principalmente de los carburantes, es ya larga. Eliminar este gasto era aconsejable, si había racionalidad en la medida haciéndola progresiva. Si se imponía, sin solidaridad con los menos favorecidos, el pueblo se rebelaría.

El actual régimen en el poder desde enero del 2006, es decir hace cuatro largos años no cesó de subvencionar los precios de los hidrocarburos para el consumo interno. Mientras tanto, se crearon bonos y se lanzaron grandes proyectos, como la construcción en China de un satélite de comunicaciones, y un plan de compras de aviones y de armas. Hubo, además, un desenfrenado prebendalismo para conservar el apoyo popular. Al fin, se estaba en un excepcional momento: Se decía que Bolivia tenía grandes reservas de gas y los contratos de venta al Brasil y la Argentina, constituían una buena fuente de ingresos. En estas circunstancias, se pensó que no sería necesario tomar medidas duras e impopulares.

Las cosas, desde entonces, cambiaron. El barril de petróleo ya no se cotiza en más de ciento cuarenta dólares; hay dificultades para cumplir los compromisos asumidos para proveer de gas a Argentina y Brasil; aumentaron las prebendas y los gastos extraordinarios; las inversiones en el sector de los hidrocarburos se redujeron dramáticamente y se esfumaron, por falta de inversión e ineficiencia en el manejo del sector, las reservas de gas anunciadas en 2006.

Por otro lado, el oficialismo nunca creyó que seríaresistida una medida suya, aun la que seguramente castiga a los sectores menos favorecidos. La soberbia, nuevamente fue la consejera. Es que, hasta hace unos días, era difícil imaginar que en uno de los bastiones del MAS –la ciudad de El Alto- se llegara a desconocer el liderazgo de Evo Morales y a pedir que deje el gobierno.

El mal cálculo –se ve– tuvo un elevado precio. El apoyo al presidente y a su partido, tan extendido y generalizado, mermaba dramática y fatalmente.

Aún no se sabe qué convenció a la jerarquía gobernante para que anule el gasolinazo. Pero si se percibía que ya estaba en riesgo su permanencia en el poder. El presidente se fue quedando solo. Pocos de sus colaboradores lo respaldaron abiertamente, seguramente convencidos de los peligros de seguir insistiendo en esta cruel medida. Y, lo que es de mayor gravedad, las masas lo abandonaban. Se terminaba así el idilio masista con los llamados movimientos sociales y, lo que es más notorio, acababa el miedo y el respeto a su venerable jefe y símbolo político: el jefe del MAS.

Pero quedan muchas interrogantes tras estas idas y venidas. ¿Habrá un real propósito de enmienda en un régimen que, ensoberbecido, estaba acostumbrado a no tomar en cuenta ni la crítica ni el sentido común, insistiendo siempre en el impulso populista? ¿Habrá cambios de conducta en los oficialistas, en vista de que es cierto que “no se puede sembrar nabos en la espalda del pueblo”?

Y en la secuela de este intento, ¿podrá el gobierno hacer que se revierta el alza –hasta ahora incontrolado- de los precios que el “gasolinazo”, ya revocado, provocó?

Y muchas preguntas más, de cuyas repuestas dependerá la paz social, la que ya no puede ser impuesta, sino alentada, en democracia, por el régimen.

sábado, 1 de enero de 2011

poco después de las 22 horas por el Canal 7, Evo dijo la medida es necesaria pero no es oportuna. los precios vuelven a su cause normal

El presidente Evo Morales Ayma decidió hoy, a pocos minutos de la llegada del 2011, abrogar el Decreto Supremo 748, que aprobaba la elevación de los precios de los hidrocarburos, bajo la filosofía de “gobernar obedeciendo al pueblo”, tal y como había prometido en enero de 2006.

En un mensaje al país, el jefe del Estado comentó que la determinación la asumió después de un intenso análisis con su equipo de ministros y después de consultas permanentes con fuerzas y organizaciones sociales.

“Es necesaria la medida, pero no es oportuna; he escuchado, he entendido las recomendaciones de trabajadores y organizaciones sociales”, señaló el Presidente a tiempo de desear a todos los bolivianos un excelente año el 2011.

Morales reiteró una vez más que el estado boliviana gastó el 2009 alrededor de 660 millones de dólares en la importación y subvención del precio de la gasolina y el diesel. “El próximo año (2011) este monto puede subir más”, advirtió el Primer Mandatario.

Tras la abrogación del Decreto Supremo 748, los precios de los hidrocarburos vuelven a sus precios de hace una semana: 3.74 bolivianos el litro de gasolina, 4.79 bolivianos la gasolina premium y 3.72 el diesel. Con la medida, la gasolina había trepado a 6.47 bolivianos; a 7.51 bolivianos la gasolina premium y el diesel a 6.80 bolivianos.

“Después de una amplia reunión con el Vicepresidente, el Canciller, ministros, ministras, hemos decidido mandar obedeciendo y abrogar el decreto 748 y los demás decretos que acompañaban este decreto; quiero decir que todas las medidas quedan sin efecto”, aseguró Evo Morales en referencia al incremento salarial del 20 por ciento que había anunciado para las Fuerzas Armadas, la Policia, los sectores de educación y salud y otras medidas paliativas.

viernes, 31 de diciembre de 2010

RESUMEN DE LAS PROTESTAS CONTRA EVO EN TODO EL PAIS (erbol)


Más de 20 mil personas salieron este jueves a las calles de las diferentes ciudades del país a expresar su bronca por el gasolinazo que dictó el gobierno; mientras que millones protestan de forma verbal contra la medida. Los movilizados exigen la derogatoria del Decreto Supremo No. 0748 que dispone el incremento del precio de la gasolina y el diesel. Desde Palacio Quemado, el presidente Evo Morales minimizó las movilizaciones y acusó a grupos “sospechosos” de alentar estas acciones.

En horas de la mañana, los municipios de Oruro, El Alto y Llallagua, fueron escenario de marchas de protestas que congregó a por lo menos unas 14 personas que demandaban la anulación del “gasolinazo”.

En Oruro, una marcha de por lo menos 8 mil cooperativitas mineros recorrió las principales calles de esa capital. Haciendo explotar cachorros de dinamita, gritaban consignas en contra del “gasolinazo”.

Algunos dirigentes del sector, a tiempo expresar su repudio por la medida dictada el pasado domingo, advirtieron con romper su alianza con el presidente Evo Morales si no deroga la norma que eleva el precio de los carburantes entre un 57 y 83 por ciento.

Ya en horas de la tarde, tras concluir su ampliado de emergencia, los cooperativistas mineros resolvieron ejecutar una huelga general indefinida y marchar a la ciudad de La Paz. En la misma dirección, los sectores sociales orureños también acordaron trasladarse a la ciudad sede de Gobierno a partir del lunes 3 de enero de 2011.

Mientras que en la localidad de Llallagua, provincia Bustillos del departamento de Potosí, desde muy temprano 37 organizaciones representativas de la región, a convocatoria de la Federación de Juntas Vecinales, se movilizaron contra el gasolinazo.

De acuerdo al reporte de radio Pio XII de la Red Erbol, eran alrededor de 5 mil personas las que marcharon en contra de las medidas asumidas por el gobierno nacional. La consigna de los movilizados fue: “anulación del decreto del gasolinazo”.

Por su lado, vecinos de El Alto apedrearon las instalaciones de la Alcaldía Municipal de esa ciudad y pidieron la renuncia del alcalde Edgar Patana, de las filas del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El hecho se produjo al promediar las 09.00 como una medida de protesta y rechazo contra el “gasolinazo” impuesto por el partido de gobierno al que pertenece Patana. Se levantaron barricadas con llantas alrededor del edificio de la comuna alteña.

Tras esas acciones, aproximadamente 1.000 vecinos, a la cabeza de sus dirigentes, se dirigieron en una marcha rumbo a la ciudad de La Paz, donde expresaron su rechazo al “gasolinazo”.

Después del medio día, un grupo de por lo menos 150 jóvenes destruyeron por completo las siete casetas de peaje de la autopista que vincula las ciudades de La Paz y El Alto. En horas de la noche, otra turba atacó las instalaciones de la Federación de Juntas Vecinales, de la que saquearon sus muebles y documento, para luego quemarlos.

PROTESTAS EN HORAS DE LA TARDE

Mientras que en la ciudad de La Paz, la expresión “que renuncie, carajo” fue ganando cuerpo entre los manifestantes que eran alrededor de 10 mil personas. Unos con carteles, otros con botellas de plástico en las manos y los más, gritando a voz en cuello algunas consignas.

Todos convergieron a las inmediaciones de la Plaza Murillo. El reportero contó al menos 200 estandartes de varias zonas de la urbe paceña, detrás de cada estandarte se encontraban al menos un centenar de personas.

“Esta vez estamos todos. La clase media está caliente con este gobierno, esta vez tenemos que movilizarnos”, señaló uno de los convocados a la marcha, mientras dialogaba con Erbol el entrevistado, los que estaban en la cercanía gritaban frases de grueso calibre en contra del Presidente y el Vicepresidente.

A las 16.30 hubo un amague de enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y la Policía que acordonó los cuatro ingresos de la plaza central de la sede de Gobierno. “Vendidos, vendidos”, increpaban los manifestantes a los policías, éstos, con escudos, el rostro impertérrito y cápsulas de gas en el pecho, sólo atinaban a mirar en lontananza. Unos cuantos gases frenó a los más intrépidos.

Entre los que protestaban se podía ver a gente de los barrios populares y la clase media. Algunos llegaron preparados con inscripciones duras dirigidas a los gobernantes. Abundaron las comparaciones entre Goni y el actual Presidente.

En la ciudad de Potosí también se desarrolló una marcha protagonizada por el sector de salud y educación quienes rechazaron el aumento salarial e hicieron conocer su descontento protagonizando una bulliciosa marcha por diversas calles del la capital potosina. Los que no se manifestaron con la medida fueron militares y policías.

Santa Cruz también fue escenario de una masiva marcha de diversos sectores en rechazo al “gasolinazo”. Los sectores exigieron al gobierno anular las medidas asumidas. La ausencia del gobernador Rubén Costas fue sentida por los manifestantes, quienes reclamaron su inasistencia en la medida asumida.

En Ivirgarzama, población ubicada en la carretera que vincula Cochabamba con Santa Cruz, se protagoniza un bloqueo propiciado por habitantes del lugar en señal de protesta. La medida paralizo el tráfico vehicular interdepartamental desde primeras horas de la mañana.

Por su parte, en Cochabamba la marcha contra el gasolinazo terminó con violencia. En su intento por ingresar a la Plaza 14 de Septiembre los manifestantes, en su mayoría estudiantes universitarios, lanzaron petardos, matasuegras y piedras contra los efectivos policiales, además de realizar destrozos en la infraestructura de la Federación de Cocaleros y la Central Obrera Departamental (COD).

En Tarija los trabajadores del volante se concentraron diversos barrios para organizarse y marchar rumbo al centro de la ciudad en protesta contra el gasolinazo. Esta medida fue apoyada por la población.

En Sucre sectores de salud y educación protagonizaron una ruidosa marcha de protesta contra el alza del precio de los pasajes, alimentos, además de pedir la abrogación de las medidas asumidas por el gobierno de Evo Morales.

HOY COMO AYER EL ALTO EN OTRA MUESTRA DE REBELDIA CONDENA A EVO Y PIDE SU RENUNCIA


La sede de gobierno vivió, este miércoles, una jornada de paralización y protestas que se tornaron violentas conforme pasaban las horas. Los miles de manifestantes pasaron del rechazo al Decreto Supremo 748, a pedir la renuncia del presidente Evo Morales y todos sus ministros, si no deja sin efecto el gasolinazo.

Al paro de la Confederación de Chóferes de Bolivia, las juntas vecinales se sumaron a las protestas en la sede de gobierno, donde miles de personas se volcaron a las calles para exigir al gobierno cambios en sus medidas económicas, para no afectar el bolsillo de los pobres.

El mensaje del Jefe de Estado provocó entre la población paceña malestar y una mayor incertidumbre, más aún cuando el incremento salarial del 20 por ciento sólo beneficiará a los sectores de salud, educación, Fuerzas Armadas y Policía.

Los choferes bloquearon puntos estratégicos de circulación vehicular en zonas como Chuquiaguillo, Villa Fátima, La Portada, Tembladerani, Obrajes, Miraflores, Periférica y protagonizaron hechos de violencia al apedrear y propinar "chicotazos" a los conductores que incumplieron la medida de presión.

"Que renuncie, que renuncia... Evo el Pueblo está enojado... Evo te espera el paredón", fueron los ruidosos estribillos que gritaron los miles de manifestantes que tomaron las principales avenidas y calles de La Paz y rodearon el perímetro de la plaza Murillo, custodiada por la Policía. Conforme pasaron las horas, el paro fue contundente.

Tanto en la mañana como en la tarde, las movilizaciones de vecinos de El Alto y de La Paz irrumpieron en las principales calles y avenidas de la sede de Gobierno en busca de ingresar a la plaza Murillo bajo el pedido de renuncia del presidente Morales Ayma, del vicepresidente Álvaro García Linera y sus colaboradores.

INCIDENTES: En la zona de Villa San Antonio de La Paz una persona fue detenida portando un arma de fuego. (pistola calibre 22). El sujeto hizo disparo al aire en un intento de abrirse paso en medio del bloqueo que realizaban un grupo de choferes, reportó la Red PAT.

"Este señor estaba con un arma de fuego y disparó (...) Nos quería matar, nosotros estamos en contra de este gobierno y quién es este señor" protestaron los choferes.

El sujeto fue detenido por la Policía y remitido a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, donde será procesado por el Ministerio Público.

Mientras eso pasaba en la sede de gobierno en El Alto, también se vivió una jornada de protestas y violencia, pues la turba de manifestantes saqueó y quemó las puertas de las oficinas de la Central Obrera Regional alteña (COR) y de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve). Los descontrolados pobladores incendiaron los muebles, material de escritorio, ropa de trabajo de las oficinas de Vías Bolivia, situada en el peaje de la Ceja de El Alto.

Los canales de televisión, también, filmaron en las protestas de El Alto a una persona que portaba un viejo fusil. "Estamos contra el gobierno y así como el 2003 sacamos al gringo (Gonzalo Sánchez de Lozada) igual vamos a sacar al Evo", dijo el manifestante que tenía el rostro cubierto con un pasamontañas.

La policía no pudo controlar los escenarios de violencia que se extendieron a lo largo de varias zonas como Senkata, Ríos Seco, Cruce Viacha, siendo la Ceja de El Alto el epicentro de las protestas. (Texto y foto de OPINION de Cochabamba)

jueves, 30 de diciembre de 2010

el título del artículo de EJU.TV es incomparable de "cisne a sucha" para referirse a la metamorfosis de un masista de aguilucho a buitre.

Hay quienes consideran que estamos asistiendo a la muerte del cisne aunque hay otros menos condescendientes que afirman que la denominación es inadecuada ya que se trataría de la agonía del alqamari o de la sucha, como denominan tanto en el occidente como en el oriente a un pajarraco de similares características.

imageLos masistas, incluido Pedro Montes, no la pasaron muy bien en el ampliado de la COB realizado este martes y a los pocos que se mantuvieron fieles a su jefe Evo Morales, les cantaron samba canuta. La peor parte se la llevó la dirigente de las “bartolinas”, Julia Ramos quien quiso insistir con el viejo y desgastado libreto de que quienes se oponen al gasolinazo son “derechistas” o “neoliberales”.

La silbatina fue tal que casi se le cae la flor que lleva en la oreja; lo que le gritaron no fueron precisamente piropos y aludían a ciertos rasgos físicos que algunos asistentes encontraron parecidos con los de un animalito cantor pero no muy agraciado que de acuerdo a una zamba argentina, se enamoró de la luna.

Lo menos que le dijeron al máximo dirigente de la COB, Pedro Montes fue traidor y le recordaron cuando se proclamó “soldado raso del proceso de cambio” y acompañó a Evo en su huelga de hambre, pero este demostró tener una cuero de anta y se limitaba a decir que se “replegaría” si es que sus “bases” de Huanuni se lo pedían.

Es claro que Montes, no tiene ni remotamente la talla de los antiguos dirigentes mineros pero es destacable que quiera justificar y defender el bono que puntualmente le llega del palacio de Gobierno aunque sus esfuerzos para quedar bien con Dios y con el diablo resulten patéticos.

Masistas al borde de un ataque de nervios

En cosa de pocos días las cosas se han puesto negras para los masistas que antes se pavoneaban por las calles de diferentes ciudades mostrando su arrogancia y prepotencia surgida del eventual usufructo del poder. Con esa misma prepotencia un grupo de masistas quiso disolver una mitin de la Fejuve de El Alto, otrora irreductible bastión del partido gobernante, pero fueron repelidos duramente y tuvieron que ponerse rápidamente a buen recaudo.

Al payacesco senador Fidel Surco no le fue mejor y en las cercanías de la plaza Murillo le recordaron como su empresa de transporte, la Trans Total, gracias a sus influencias, elude el pago de indemnizaciones a los afectados por los recurrentes accidentes que tienen sus buses que monopolizan el servicio a Yungas.

Por de pronto ningún masista se atreve a mostrarse por la plaza Murillo donde eran objeto de la atención de algunos medios de comunicación y surge la pregunta de si a estas alturas al gobierno se le ocurriría montar algún cerco al congreso como lo hacía en el pasado para imponer sus decisiones.

Desde Madrid llega la versión que recogió la Embajada Americana en La Paz, poco tiempo después del triple asesinato por órdenes de Evo en SC.

Madrugada del 16 de abril de 2009. Un comando de élite de la policía boliviana irrumpe en el hotel Las Américas de Santa Cruz, la capital del Oriente del país. Veinte minutos más tarde, los cadáveres semidesnudos de tres hombres yacen tiroteados en sus habitaciones. Son Eduardo Rózsa Flores, húngaro-boliviano; Árpad Magyarosi, húngaro, y Michael Dwyer, irlandés. El comando se lleva consigo a otros dos supervivientes: Mario Tadic, boliviano de origen croata, y Elod Toaso, húngaro. Así arranca uno de los episodios más tenebrosos de la reciente historia de Bolivia. El Gobierno sostiene que los cinco extranjeros eran terroristas contratados por los dirigentes opositores de Santa Cruz para impulsar una rebelión armada y asesinar al presidente, Evo Morales.

Sin embargo, una fuente cercana al caso ofrece a la Embajada de EEUU una versión muy diferente: los mercenarios, afirma este testigo, fueron contratados en realidad por los servicios de inteligencia bolivianos para montar una falsa trama terrorista y justificar la persecución desatada después contra los dirigentes de Santa Cruz, bastión opositor al Gobierno.

Según este relato, recogido en un cable de mayo de 2009, los mismos servicios secretos liquidaron a Rósza, Magyarosi y Dwyer para borrar pistas y sembraron pruebas falsas. Los otros dos, Tadic y Toaso, salvaron su vida porque no estaban al corriente de la trama y porque las autoridades los utilizarían como testigos para apuntalar el montaje. Ambos fueron torturados, como constatan los diplomáticos estadounidenses en unas fotografías que les aporta el testigo, y que muestran a los dos hombres "ensangrentados, con dientes perdidos, costillas rotas, moratones y laceraciones provocadas por cortes de cuchillo".

La embajada asegura que no tiene forma de comprobar la versión, pero añade que la fuente es un personaje bien situado y con una trayectoria solvente. Su testimonio apuntala la teoría que vienen sosteniendo tanto la oposición boliviana como algunas investigaciones periodísticas, que insisten en que el compló fue una fabricación del Gobierno para dar un golpe definitivo a los dirigentes de la levantisca Santa Cruz, el más rico de los nueve departamentos del país. Cuna de grandes yacimientos de hidrocarburos, la región, mayoritariamente criolla, votó en 2008 a favor de la autonomía y se ha convertido en la abanderada contra Evo Morales y su proyecto socialista.

Cargos contra 39 implicados

El pasado fin de semana, de hecho, la fiscalía presentó cargos formales contra 39 implicados en la "conspiración", entre los que figuran prominentes políticos y empresarios cruceños. El caso ha estado salpicado de irregularidades desde el principio. Según un cable del 23 de abril de 2009, el vicepresidente, Álvaro García Linera, aseguró al cuerpo diplomático que los cinco terroristas atacaron con armas de fuego y explosivos a la policía cuando fue a detenerlos.

Sin embargo, la evidencia pericial recabada en las habitaciones 456, 457 y 458, de la que se hizo eco en su día la prensa boliviana, apunta a una ejecución extrajudicial. El circuito de cámaras de vigilancia del hotel había sido desactivado antes de la operación, y los registros de Internet fueron borrados. El informante de la Embajada añade que las armas halladas eran nuevas y habían sido colocadas por la policía, que ni siquiera se había molestado en quitar los precintos.

El amigo del terrorista Carlos

El origen de la historia, además, permanece en una penumbra alimentada por el extraño perfil de Eduardo Rózsa, hijo de húngaro y boliviana, que había participado en la guerra de los Balcanes, se había convertido al islam, defendía a Irán y a los palestinos y era amigo del terrorista venezolano Ilich Ramírez, Carlos, que rechazó que Rózsa fuera "un sicario de la extrema derecha", como lo presenta el Gobierno de La Paz.

Al poco de morir, se hizo público un vídeo en el que Rózsa anunciaba que regresaba de Hungría a su natal Santa Cruz para ayudar "a la defensa" de la región, aunque aclaraba que no le interesaba "echar a Evo Morales". El vídeo reforzaba la tesis oficial de que Rózsa y sus colegas habían sido contratados por los separatistas cruceños, que, según había comprobado el Gobierno gracias a sus infiltrados, preparaban un "movimiento de autodefensa" para hacer frente a un eventual ataque de las fuerzas gubernamentales.

Sin embargo, según el testigo entrevistado por la Embajada estadounidense, quien realmente contrató a Rózsa fue el coronel Jorge Santiesteban, entonces jefe de Inteligencia de la policía, y su segundo, el capitán Walter Andrade. El objetivo era tender una trampa a los grupos separatistas y de paso liquidar políticamente a los principales dirigentes regionales.

El coronel del asalto

No se sabe cuál era el vínculo entre Rózsa y Santiesteban. Lo cierto, según el testigo, es que el coronel dirigió el asalto al hotel y asesinó a los tres hombres "para borrar huellas". Además, la policía "plantó" las pruebas esgrimidas por la fiscalía, como "un dispositivo de memoria con falsas listas de empresarios de Santa Cruz implicados", "la tarjeta de visita de un sospechoso" y un vídeo, ininteligible, en el que Rózsa supuestamente habla de un plan para matar a Evo Morales.

En toda buena conspiración que se precie, no podía faltar EEUU. La embajada se muestra preocupada desde el primer momento. Y sus temores se confirman a principios de este año, cuando el fiscal general anuncia que había encontrado unos correos electrónicos de Rósza que demostraban que tenía contacto con la CIA.

"El Gobierno boliviano está casi seguro de poder aprovecharse de esta oportunidad para vincular al ‘imperio’ con la supuesta conspiración y confirmar así las acusaciones más locas de Evo Morales sobre los tejemanejes estadounidenses", escribe con desmayo el encargado de Negocios el pasado febrero. Según la embajada, "pasarán muchos meses antes de que se sepa toda la verdad de este caso. Si es que alguna vez llega a saberse".

El País – Madrid