El primer decepcionado con la visita de Vargas Llosa debería ser el Gobierno de Evo Morales, pues pese a las enormes expectativas que había al respecto, el escritor hizo muy pocas críticas al régimen boliviano y se limitó a hablar del populismo, al que considera que está en pleno declive en América Latina, como lo demuestra claramente el caso venezolano, donde según él, se está produciendo una verdadera catástrofe económica y social, pese a que el chavismo se impuso como un modelo a seguir para los países que integran el bloque del ALBA.
Para el premio Nobel de Literatura, Evo Morales es un líder elegido democráticamente como lo fue Hugo Chávez en su momento y es la población la que debe elegir cuál camino tomar. De todas formas invitó a revisar la historia mundial y buscar un solo ejemplo de éxito de algún modelo populista y/o socialista y se darán cuenta que todos han fracasado y contribuido a empobrecer más a las naciones, especialmente a los sectores más humildes.
Vargas Llosa también decepcionó a los liberales bolivianos y les dijo que en los años 90 se equivocaron puesto que llevaron adelante sus reformas sin antes consensuar con la gente, convencerla de que los cambios económicos iban a ser favorables para todos. Las fallas en la democracia y la falta de inclusión de las grandes masas populares en los cambios, finalmente conspiraron contra las medidas adoptadas que terminaron siendo vistas como gestos de abuso.
Les dijo a los que se oponen al populismo y el estatismo que sean más claros en sus ideas, que admitan que están defendiendo el capitalismo, la economía de mercado y otros valores liberales que han funcionado en muchos países de Europa que han derrotado la pobreza y que lo están haciendo con mucho éxito en Chile, en Perú y en México. Les advirtió que no se mezclen con experimentos antidemocráticos (como ocurrió en el pasado) y que antes de lanzar sus medidas primero se ganen la confianza del pueblo. La libertad es una sola y no puede haber libertad económica sin pluralismo político.
Por último también dejó con las caras largas a los autonomistas cruceños a los que trató de convencer de no insistir en esa ruta. Aunque reconoció que existen en el mundo modelos federalistas exitosos, en la mayoría de los casos la autonomía ha servido para alentar movimientos nacionalistas e independentistas como ocurre en España con los catalanes y los vascos. Dijo que el nacionalismo es el origen de las peores catástrofes ocurridas en la humanidad como el nazismo y que el mejor camino de los cruceños es convencer al resto del país que el modelo de la iniciativa privada y la libre empresa puede funcionar en Cochabamba o Potosí y hacer que suceda en otras regiones lo que ha ocurrido en Santa Cruz.
Para Vargas Llosa, la única batalla que se debe librar en cualquiera de los países latinoamericanos es la de las ideas, buscando siempre convencer al otro de no insistir en modelos fracasados. Dijo que el liberalismo, la izquierda o la derecha son grandes abanicos en los que cohabitan matices muy contradictorios. Lo fundamentales es luchar por la libertad y por la democracia genuina cuya principal virtud es la búsqueda de una justicia que sea capaz de enfrentarse al abuso de poder, al que calificó la raíz de todos los males. La clave del sistema democrático en realidad es limitar el ejercicio poder, tanto en el tiempo como en sus atribuciones.
Para el premio Nobel de Literatura, Evo Morales es un líder elegido democráticamente como lo fue Hugo Chávez en su momento y es la población la que debe elegir cuál camino tomar. De todas formas invitó a revisar la historia mundial y buscar un solo ejemplo de éxito de algún modelo populista y/o socialista y se darán cuenta que todos han fracasado y contribuido a empobrecer más a las naciones, especialmente a los sectores más humildes.
Vargas Llosa también decepcionó a los liberales bolivianos y les dijo que en los años 90 se equivocaron puesto que llevaron adelante sus reformas sin antes consensuar con la gente, convencerla de que los cambios económicos iban a ser favorables para todos. Las fallas en la democracia y la falta de inclusión de las grandes masas populares en los cambios, finalmente conspiraron contra las medidas adoptadas que terminaron siendo vistas como gestos de abuso.
Les dijo a los que se oponen al populismo y el estatismo que sean más claros en sus ideas, que admitan que están defendiendo el capitalismo, la economía de mercado y otros valores liberales que han funcionado en muchos países de Europa que han derrotado la pobreza y que lo están haciendo con mucho éxito en Chile, en Perú y en México. Les advirtió que no se mezclen con experimentos antidemocráticos (como ocurrió en el pasado) y que antes de lanzar sus medidas primero se ganen la confianza del pueblo. La libertad es una sola y no puede haber libertad económica sin pluralismo político.
Por último también dejó con las caras largas a los autonomistas cruceños a los que trató de convencer de no insistir en esa ruta. Aunque reconoció que existen en el mundo modelos federalistas exitosos, en la mayoría de los casos la autonomía ha servido para alentar movimientos nacionalistas e independentistas como ocurre en España con los catalanes y los vascos. Dijo que el nacionalismo es el origen de las peores catástrofes ocurridas en la humanidad como el nazismo y que el mejor camino de los cruceños es convencer al resto del país que el modelo de la iniciativa privada y la libre empresa puede funcionar en Cochabamba o Potosí y hacer que suceda en otras regiones lo que ha ocurrido en Santa Cruz.
Para Vargas Llosa, la única batalla que se debe librar en cualquiera de los países latinoamericanos es la de las ideas, buscando siempre convencer al otro de no insistir en modelos fracasados. Dijo que el liberalismo, la izquierda o la derecha son grandes abanicos en los que cohabitan matices muy contradictorios. Lo fundamentales es luchar por la libertad y por la democracia genuina cuya principal virtud es la búsqueda de una justicia que sea capaz de enfrentarse al abuso de poder, al que calificó la raíz de todos los males. La clave del sistema democrático en realidad es limitar el ejercicio poder, tanto en el tiempo como en sus atribuciones.
Para el premio Nobel de Literatura, Evo Morales es un líder elegido democráticamente como lo fue Hugo Chávez en su momento y es la población la que debe elegir cuál camino tomar. De todas formas invitó a revisar la historia mundial y buscar un solo ejemplo de éxito de algún modelo populista y/o socialista y se darán cuenta que todos han fracasado y contribuido a empobrecer más a las naciones, especialmente a los sectores más humildes.
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