miércoles, 13 de octubre de 2010

ya está en marcha la operación. la jaula encapsulada de 3 metros de altura ha pasado la primera e iniciado la segunda prueba. ahora es cuestión horas


Las dos caras más recordadas, simbólicas del milagro en la mina chilena. De los 33 mineros atrapados a más de 700 metro de profundidad en Copiapó, sus rostros se recordarán por siempre. Florencio Ávalos y "Don Lucho", el primero y él último en dejar las entrañas de la tierra.

Florencio Ávalos Silva tiene 31 años, dos hijos y fue elegido como el primer minero del rescate por varios motivos. Se lo considera como a uno de los más hábiles del grupo y capaz de sortear inconvenientes de último minuto. También, el encargado de registrar y contar los mayores detalles del ducto para información de los técnicos y los médicos que encabezan el rescate, datos para saber, por ejemplo, si hay grietas o qué se siente dentro de la cápsula durante el ascenso.

Pero además, la elección de Ávalos tiene un fuerte componente simbólico: fue el primer "rostro" de la tragedia que recorrió el mundo, cuando el 22 de agosto pasado se hizo llegar a las profundidades de la mina una cámara de video que permitió apreciar en qué condiciones estaban los 33 trabajadores, atrapados desde el 5 de ese mismo mes.

Ávalos fue apodado "el camarógrafo" desde que tomó la cámara e instó a sus compañeros a enviar saludos a sus familias y el que filmó la mayoría de las veces. Su mayor preocupación es su hermano menor, Renán, a quien le consiguió trabajo en la mina y uno de "los 33".

Luis Alberto Urzúa Iribarren, "Don Lucho", como todos lo llaman en la mina, era el jefe de turno del grupo en la Mina San José. Y el último en dejarla.

Desde que se desató el accidente, "Don Lucho" se convirtió en el líder natural del grupo y como buen capitán de barco se queda hasta el final con la certeza de que todos sus hombres están a salvo.

"Don Lucho" tiene 54 años, dos hijos y una madre que lo esperan en la superficie. Hacía poco más de dos meses que trabajaba en la Mina San José, pero lleva más de 17 años rasgando la tierra.

Fue el primero en hablar por teléfono con el ministro de Minería, Laurence Golborne, tras ser hallados con vida el 23 de agosto. "Estamos bien, esperando que usted nos rescate", le dijo con absoluta tranquilidad.

Desde el día trágico del derrumbe de la mina, "Don Lucho" fue uno de los encargados de organizar la vida debajo de la tierra. Planificó día a día las actividades y las mejores alternativas para que el grupo sobreviva. Hasta el final será el supervisor y uno de los que apoyará las tareas del rescate más increíble de los últimos tiempos.

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