El dictador libio Muamar al Gadafi no sólo ha tocado a su pueblo, ha tocado al mundo. La Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al margen de contar con la abstinencia de países importantes como Rusia, China, Alemania y Brasil, cuenta con la aprobación de diez países miembros, representando la voluntad de la comunidad internacional de poner fin a la matanza de civiles inocentes. La afectación a los derechos humanos en Libia legitima el actuar de las fuerzas aliadas, es lamentable que la Resolución haya tardado, es reprochable que el Consejo de Seguridad actúe como consecuencia del ataque en contra de la población.
Las declaraciones de Gadafi respecto de una guerra prolongada con paciencia ilimitada y fe profunda afirman la irracionalidad de su régimen. Acudir al sentimiento antiimperialista y a los extremos de una guerra religiosa en contra de los aliados, principalmente Estados Unidos, representa una amenaza muy grande. Se ha escuchado en las calles de Libia que los aliados son enemigos del islam y que es necesario hacer un solo frente para derrocarlos. ¿Cómo reaccionarán los países islámicos ante este acontecimiento? Esto todavía es un tema que se desenlazará en los próximos días; sin embargo, todo indica que el apoyo a Gadafi es escaso, por no decir ninguno.
La intervención militar tiene un solo fin: derrocar la dictadura y devolver a favor del pueblo un régimen democrático que garantice los derechos humanos. La operación Odisea del Amanecer es el movimiento militar más grande después de la intervención de Irak en 2003. ¿Esto representará el fin de Gadafi? Definitivamente. Si los Estados Unidos tuvo la capacidad de derrocar a Saddam Hussein en un Irak con menos oposición a su dictadura, no existe duda de que Gadafi seguirá la misma suerte.
Lo atroz de todo esto es que durante el tiempo que demore la extinción del régimen, producto de misiles Tomahawk, disparos de ametralladoras rebeldes, campos minados, coches bombas y otros, centenares de personas inocentes morirán.
¿Cuán grandes pueden ser el ego y el egoísmo de una persona, al límite de que por defender lo indefendible la vida de sus compatriotas carezca de valor?
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