Las asociaciones de transportistas han declarado una huelga indefinida en respuesta a la decisión del Gobierno boliviano de incrementar el precio del combulstible hasta en un 83 por ciento. Esta subida de la gasolina se enmarca en un paquete de medidas de ajuste económico que incluye también el congelamiento de las tarifas de servicios básicos, excepto el transporte, y un aumento salarial superior a la inflación.
"Es una nivelación interna de combustibles a precios internacionales (...), el Estado subvenciona anualmente 380 millones de dólares, no queremos que esto continúe, compramos diesel caro y lo vendemos barato", ha explicado el vicepresidente del país, Alvaro García Linera, rodeado de ministros, en una declaración retransmitida por por la televisión estatal.
El diesel subió en 83 por ciento hasta los 6,80 bolivianos (unos 0,74 euros) el litro, la gasolina de bajo octanaje, la más usada, un 73 por ciento, hasta los 6,47 bolivianos el litro, y la gasolina de alto octanaje un 57 por ciento, hasta los 7,51 bolivianos el litro.
"Esto es para garantizar nuestro desarrollo productivo y economía", añadió García Linera tras anunciar la medida, que no afecta a los precios del gas que Bolivia exporta a Argentina y Brasil.
Caos en los mercados
La decisión, que ha cogido por sorpresa a la mayoría de los bolivianos, ha sido anunciada cuando el presidente, Evo Morales, se encontraba de visita oficial en Venezuela. Además, ha provocado el caos en los mercados populares, donde los precios subieron de inmediato hasta en un 50 por ciento.
"Esto es para incentivar al petróleo", señaló García Linera, que receonoció que la vigencia hasta ahora de un precio interno de 27 dólares el barril de crudo desalentaba a las inversiones de las multinacionales, golpeadas además en el 2006 por una nacionalización que las puso bajo órdenes de la local YPFB.
"Requerimos nivelar los precios para que el productor se sienta exigido e incentivado para producir, así habrá más diésel y gasolina eimportaremos menos", afirmó el vicepresidente.
Paros desde hoy
La primera reacción organizada fue la de la Confederación de Chóferes, que agrupa a los propietarios del transporte, que declaró el paro a partir del lunes sin esperar a la nueva tarifa que debe aprobar la Autoridad de Transportes. "La medida de presión se cumplirá a nivel nacional, sin descartarse movilizaciones en rechazo al decreto de alza de los carburantes y en demanda de una nivelación tarifaria justa", ha explicado en conferencia de prensa el líder del grupo, Franklin Durán.
Durán no quiso precisar en cuánto deberían subir las tarifas del transporte, pero en el transporte urbano de La Paz comenzaron a aplicarse sin autorización alzas de entre el 30 y el 60 por ciento, según ha podido constatar un periodista de Reuters.
Sin subidas en siete años
Los precios de la mayoría de los combustibles se habían mantenido fijos durante casi una década en Bolivia. A principios del 2003, el presidente Gonzalo Sánchez prefirió aumentar los impuestos en vez de subir los combustibles como medida para asumir el déficit fiscal, pero sólo provocó un cruento motín policial que marcó el principio del abrupto fin de ese gobernante ahora refugiado en Estados Unidos.
En el 2004, el presidente Carlos Mesa subió levemente el precio del diésel, lo que desató protestas que sirvieron como punto de partida a un movimiento autonomista en la región oriental de Santa Cruz, liderado por los grandes empresarios agropecuarios.
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