Siguen descolgándose las autoridades masistas de todo pelaje desde el centralismo instalado en La Paz con el fin de dejar instrucciones (son cuentos lo de consensuar) con vistas a la cacareada cumbre, aprovechando el calambre para hacerse los graciosos ante los reilones a la fuerza que no faltan. Por consiguiente, continúa el gastadero de plata en lo que no servirá para el carajo, a no ser para una declaración con mucha lata y ninguna sustancia y para despotricar contra el ‘imperio’. Ni siquiera se podrá repetir como el loro la inútil demanda boliviana por el mar, porque el cargo del máximo dirigente cocalero lo impide, ya que, además, vendrá una delegación chilena y peor si la encabeza su próxima gobernante.
Santa Cruz no debería poner ni un cinco dentro de ese gastadero, al tratarse de obras que le corresponde encarar al Estado; de sobra está con los recursos multimillonarios con que se queda el centralismo por regalías e impuestos y con diversas recaudaciones, asimismo millonarias, que se hacen en nuestra región y que van a parar a las arcas nacionales porque así lo disponen ese centralismo y los mandamases en la capital paceña.
En cuanto a que el Gobierno masista y andino quiere poner a Santa Cruz en la cúspide, por eso escogió la capital cruceña como sede del encuentro, es otra falacia que no nos podemos tragar tras ocho años de destilar veneno, de atacar a Santa Cruz por ser autonomista, de acusar, perseguir e invadir de insultar y de empeñarse en reemplazar nuestras tradiciones. Como ese masismo –a despecho de unos cuantos volquetes que tratan de acomodarse y de poner a buen recaudo sus intereses– sigue con el electorado en contra y corre el riesgo de perder nuevamente en las venideras elecciones, trata de revertir la situación con aquel embuste.
Eso, sin tomar en cuenta que los gobernantes que acudirán a la cita seguro que han pedido que esta sea en el llano, la puna y la perorata del anfitrión serían una combinación mortal. A no olvidar que cuando la cumbre anterior las primeras damas se quedaron para una ‘cunversa fiada’ en La Paz, que se fue al traste porque una de ellas casi la rifa por los 3.600 metros de altura; tuvieron que traerla de urgencia a la clínica Incor y adiós chismorreo
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