Hay que reconocer que los seguidores de Hugo Chávez tienen habilidad para montar culebrones políticos, como en las malas telenovelas en las que abunda el melodrama, el llanto y la violencia.
De tiempo en tiempo, aparecen exponentes del chavismo, cuando no el propio “comandante”, intentado explicar por qué las cosas en Venezuela no están yendo tan bien como ellos esperaban. Aún resuena el fracaso electoral de Chávez del 26 de septiembre pasado –pese a la regla impuesta por la satrapía de que, cuando el oficialismo pierde, igual gana-, en las que el chavismo obtuvo menos votos que la oposición, lo que refleja la inquietud de un gobierno ineficiente, autoritario y poco inclinado a respetar las libertades democráticas; al decir de un venezolano, un gobierno ya en “caída libre”.
Resulta, ahora, que a un general –nada menos que Henry Rangel Silva, el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada venezolana- se le ocurrió revelar que los militares venezolanos están “casados” con el chavismo y que, "un hipotético gobierno de la oposición a partir de 2012 sería vender el país, eso no lo va a aceptar la FAN (la Fuerza Armada), y el pueblo menos". Clarísimo: anunciaba anticipadamente un golpe militar que desconocería la voluntad ciudadana expresada en las urnas. Pero ¿quién es este general? Según publicaciones, “Rangel Silva, en el pasado fue acusado por EE.UU de facilitar las actividades de narcotráfico de la guerrillera colombiana FARC”.
Por supuesto que el imprudente cinismo del general iba a ocasionar revuelo y, en especial, no podía pasar desapercibida. Por ello, el secretario general de la OEA se vio ahora obligado a reaccionar. Quizá no tuvo otro camino, si no quería que se repitan las censuras por su alineamiento con el populismo que puso en peligro su reelección. Sea como fuere, arriesgándose a recibir nuevos insultos de Chávez (ya los recibió: "El señor Insulza ha vuelto a dar lástima, a mí me da lástima él (...) no seas tan insulso (…) irresponsable, indigno. ¡Documéntate primero!”) el secretario general dijo: "Que un comandante del ejército amenace con una insubordinación a priori me parece inaceptable. Correspondería a la autoridad civil que hoy día hay en Venezuela corregir eso". Pero qué significa para Insulza “inaceptable”. Porque su deber era convocar al Consejo Permanente de la Organización para denunciar ante los representantes de los países miembros esta explícita amenaza a la democracia. Por supuesto que no lo hizo, ni lo hará…
Insulza mencionó la Carta Democrática Interamericana, claro que a sabiendas de que no sería aplicada en este caso, como no lo fue en igualmente graves circunstancias cuando en otros países se ponía en riesgo la continuidad democrática, por ejemplo, cuando se cercaba un congreso.
Lo que pudo ser solo un exceso de un general, ya es posición oficial de los “bolivarianos”. Hugo Chávez felicitó por su patriotismo al golpista en ciernes. Y la hipérbole en el premio: el presidente anunció que Rangel Silva, ese patriota y “humilde soldado” (sic), como premio, será ascendido a “general en jefe”.
En el afán de justificar lo dicho por el general con vocación golpista, Chávez tiene compañía: un diputado oficialista afirma que la oposición venezolana “pretende sacar partido político de esta situación” y “crear un estado de miedo y zozobra ante el venidero escenario electoral, dejando entrever que el propio presidente Chávez, se dé un autogolpe de estado, lo cual no está planteado en ningún momento”.
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