Han vencido todos los plazos. YPFB continúa incumpliendo la Ley que le manda informar públicamente la certificación de las reservas de gas y petróleo del país. Por las pintorescas declaraciones de los responsables del sector parece que pretenden que la opinión pública se canse del asunto. Todo esto ha convertido el tema en una desagradable historia de ignorancia, engaños y silencios.
Ignorancia. Las autoridades de YPFB no entendieron las razones por las que la calificadora de reservas de entonces (2006) Degolyer and Macnauhgton (DM) había reducido drásticamente la estimación de reserva recuperable de gas de 26.7 TCF a menos de 20 TCF. Se limitaron a denunciar que la firma era manipulada por las compañías petroleras en el país. Indicaron que, en el pasado (1998 – 2005) las reservas habían sido aumentadas artificialmente (inflado) para subir el precio de las acciones y que ahora (2006) eran disminuidas artificialmente como un ataque político al gobierno.
Por lo visto, los flamantes directivos de YPFB ignoraban que el 2004, la Comisión de Valores (SEC) de USA observó los informes de reservas de Shell y que esta grande y prestigiosa compañía tuvo que reducirlas en un 20%. A raíz de esa experiencia la SEC, con el concurso de consultoras, elaboró un reglamento muy estricto y astringente. Esas normas se pusieron en efecto el 2005 y con ellas DM elaboró el informe de YPFB para el 2006. Esas cifras hasta la fecha, son un secreto celosamente guardado.
Creo pertinente hacer notar que el autor de estas líneas, el 22 de enero de 2004 informó a la opinión pública sobre los problemas de Shell y la SEC, advirtiendo que algo similar podría ocurrir en el país (C. Miranda, “Cataclismo Petrolero”, La Razón 22 de enero 2004).
Lo que raya casi en la locura, es que después de rechazar el informe y deshacerse de la consultora, comenzó el engaño. YPFB y el gobierno adoptaron las cifras reportadas el 2005, (26.7 TCF), como la reserva oficial de gas del país. Con esas cifras se formularon entre el 2006 al 2009, planes de producción, cambios en la matriz energética, se negociaron dos contratos de exportación a la Argentina. Finalmente se formuló un amplio programa de industrialización y la provisión de gas al Mutún. Inclusive se está proclamando que Bolivia será el centro energético de la región. Tesis con 10 años de atraso cuando esto era posible.
Ese engaño se mantuvo desde el 2006 y hubiera continuado si no se hace público un informe parcial de la nueva consultora Ryder Scott, reportando 8.6 TCF como reservas probadas recuperables de gas.
Desgraciadamente, el terrible engaño de casi 5 años, fue acompañado por un incalificable silencio por todos los funcionarios de YPFB y el gobierno que conocieron las últimas cifras de DM, así como los anteriores. Por otro lado, la consultora calcula y certifica las evaluaciones de las compañías y todas ellas han guardado y mantienen silencio sobre las gigantescas variaciones de cifras.
A todo esto se suma un ominoso silencio sobre las reservas de líquidos (petróleo y condensado). Ya importamos gasolinas, diesel y GLP. La correspondiente reducción de reservas de líquidos que acompañará al gas, parecería que nos estaría condenando a ser importadores de carburantes indefinidamente. Como el gas es cada vez más seco, será cuestión de pocos años hasta que lleguemos al punto que los ingresos por exportación de gas no sean suficientes para pagar la importación de carburantes.
Dos acotaciones. Lo sucedido con Shell el 2004, causó la renuncia de su presidente y despido de un buen número de personal superior. No era para menos, Shell perdió 20% de sus reservas.
Parece que hemos perdido el 60% de reservas. Si YPFB cotizara en las bolsas de valores, no deberían quedar ni los porteros. Pero acá a nadie se le mueven ni siquiera un pelo.
Lo anterior y todas las declaraciones de los directivos de la industria, me llevan a recordar, con gran tristeza, el comentario, de un buen amigo “Tu país es uno de los pocos donde se puede tapar el sol con dos dedos”.
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