RAZONES PARA EL NO
Por estos días, estamos obligados a intercambiar ideas, fijar posiciones personales
y los argumentos que fluyen en diversos sentidos, amenazan con derrapar hacia
extremos y las diferencias desnudan la polarización. No es fácil lidiar con
múltiples razonamientos pugnando por imponerse,
por eso se hace indispensable hacer uso de esa maravillosa facultad privativa
de los humanos, que es pensar. El No al
referendo que abriría la posibilidad de que Evo Morales permanezca en el poder por
veinte años, o más, nos exige un espacio íntimo de reflexión alejada de
subjetivismo dejando que surja la auto introspección, escarbando los fundamentos
racionales para la propia respuesta y decisión.
¿Por qué optar por el NO? Muchos coincidirán que es un recurso de defensa
ante lo que podríamos identificar como el verdadero gran peligro, que es el fin
del sistema democrático entendido como el gobierno de la mayoría con respeto de
la minoría, pero sometidos todos a las leyes. Lamentablemente, la experiencia de una década
del gobierno Morales-García, deja muy poco margen a la esperanza de una genuina
intención de servicio para todos los habitantes de este país. Las muestras de
un estilo basado en la constante confrontación y secante sectarismo, convirtiendo
a los que no piensan igual en enemigos que hay que aniquilar más allá de
cualquier razonamiento, hace que optar por el NO, sea casi por instinto de
sobrevivencia.
Lejos de lo reiterado a conveniencia, no se trata de buscar excusas para los grandes pecados que se
cometieron -como gusta de decir el Presidente- "antes". Pero el
principio que todos los que defienden la democracia suscriben con convicción, es lo expresado por Churchill, -de que pese a
todo-, es el mejor sistema que la humanidad conoce. Las largas permanencias en
el poder, arrastran indefectiblemente hacia el autoritarismo. Y no ha existido, ni
existirá jamás, uno que sea bueno. Lamentablemente,
han existido desde el principio de la era Morales-García, síntomas primero,
certezas luego, cómo profundizaría su
accionar el gobierno de seguir prorrogándose.
La desinstitucionalización que se experimenta cotidianamente, se vuelve
brutal ante la evidencia de la total pérdida de independencia de los poderes
del Estado. El manejo discrecional de la justicia, para lo que se utilizó al ciudadano
común en un supuesto proceso de selección de jueces y magistrados, llevándolo
obligado a elegir de una lista de NN por ellos escogida. Esa experiencia ha
dejado un sabor amargo a engaño y lo que es peor, ha sembrado irreversiblemente
la falta de credibilidad. Y nada más difícil de recuperar que la confianza
perdida. Qué sociedad puede llamarse civilizada si no tiene acceso a la
justicia y a la protección de las leyes, más por el contrario, que esas leyes
sean utilizadas para someter y criminalizar el disenso. En este sentido observamos
con angustia y preocupación, la arremetida oficialista contra los gobernadores
y alcaldes que osaron participar -y ganar- sembrando ingobernabilidad con total
desprecio de la voluntad popular.
La mayoría del partido de gobierno en la Asamblea, ha anulado absolutamente
su esencia misma. La asamblea debía ser el ámbito natural para el intercambio
de opiniones encontradas, y se debatan las ideas de todos que optimice las reglas de convivencia. Por la esencia
misma del partido de Evo Morales, no existe ninguna posibilidad que las
minorías representadas por la oposición, logre nunca hacer oír la voz de los que
discrepan pero a quienes no se les puede negar, que también les asiste el
derecho a participar en medulares decisiones sobre el destino común del país
que dicho sea de paso, es de todos. Para el MAS, ganar es sinónimo de forzar al
silencio a todos los demás. Nadie ignora a estas alturas, que a la democracia
la han reducido a meros actos
electorales siempre obligatorios y penalizados, sintiéndose los ciudadanos
usados e irrespetados una y otra vez. Y es inadmisible, que cualquiera de sus
funcionales conmilitones, se atreva a descalificar a quien se considera libre
de pensamiento y acción, como un vil traidor a la patria.
Los llamados a ser los más celosos guardianes del cumplimiento de los
procedimientos que garanticen la expresión de libertad de elegir y ser elegido
en absoluta transparencia, que son los vocales del poder electoral, son los que
mayor recelo despiertan en esta coyuntura. Qué proceso electoral puede ser calificado de
libre de toda sospecha si una vez más, son nombrados en total dependencia del
poder ejecutivo y sus criterios son instrucciones que emanan del poder central.
La ensombrecida pregunta elaborada por el oficialismo y remitida en consulta al
órgano electoral, denota la maniobra pero es probable que no merezca un
análisis y menos una modificación.
Estas podrían ser -en lo personal-, las razones de mayor peso para optar
por rechazar la posibilidad de una prórroga del gobierno Morales- García. Hay muchas otras por
supuesto. Pero es bueno que observemos la
dañada estructura básica del Estado, de donde emergen luego, todas las fallas
que pueden derivar en la debacle de nuestra manera de vivir en libertad.
Karen Arauz
No hay comentarios:
Publicar un comentario