El presidente de la Subcentral Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), Fernando Vargas, dijo que el vicepresidente Álvaro García Linera intenta confundir a la población para que vote por él en las elecciones del 12 de octubre, tras conocer su reciente declaración en la que la autoridad asegura que no participó de la represión a la VIII marcha en Chaparina porque ese domingo 25 de septiembre de 2011se encontraba en su casa y con su esposa.
García contrajo nupcias recién en septiembre del 2012. El líder indígena indicó que habría que preguntarle al vicepresidente con quién estaba entonces casado durante la represión a los indígenas.
“Cuando él dice que estaba en su casa, habría que preguntarle con quién estaba casado, cuál de sus esposas era ¿no? Yo recuerdo que cuando llegamos a la Plaza Mayor (en el arribo de la caminata a la sede de gobierno) le dije ahí que como ninguno tiene esposa (además de Evo Morales) no saben qué valor tiene una esposa, ni saben cuál es el amor que se tiene a los hijos, por eso hicieron esa barbarie (represión a marchistas). Don Álvaro García Linera lamentablemente no sabe cuándo se casó (…) quiere distraer al pueblo boliviano para que el pueblo diga es inocente y lo vuelva a eligir (en las elecciones)”, declaró a la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol.
Con su afirmación, García indicó que al estar en su casa y con su esposa, la tarde del 25 de septiembre de hace más de tres años, no participó de la reunión de gabinete en la residencia presidencial donde el presidente Evo Morales, el exministro de Gobierno, Sacha Llorenti, entre otros, monitoreaban la violenta represión policial a los indígenas, según declaró la exministra de Defensa, Cecilia Chacón.
“Ni el presidente (Evo Morales), ni el vicepresidente, ni el ministro de Gobierno (Sacha Llorenti) sabían qué sucedía en Chaparina. Es falso el testimonio, se monitoreaba desde la casa presidencial. Esa tarde, yo estaba en mi casa con mi esposa. El presidente estaba en Cochabamba o Santa Cruz y Sacha estaba, creo, en su casa y no había ninguna reunión”, explicó García.
A tres años y un día del caso Chaparina, los marchistas aseguraron que Morales ordenó reprimirlos con la Policía y que Llorenti, actual embajador de Bolivia ante la ONU, acató el mandato del Jefe de Estado en contra de los indígenas que se movilizaron para que la carretera no pase por el corazón del TIPNIS, impulsada por el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS).
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