Es de esperar que los informes de YPFB sean fidedignos pues, si no es así, habrá que temer que la realidad sea aún peor de lo que se temía
Durante los últimos días, coincidiendo con una serie de alarmantes noticias provenientes de los mercados internacionales sobre las tendencias poco halagüeñas sobre el futuro del sector hidrocarburífero en todo el mundo, el Gobierno ha informado sobre los primeros buenos resultados que habría comenzado a obtener Yacimientos Petrolíferos Bolivianos (YPFB) en materia de exploración de nuevos pozos para revitalizar el sector en nuestro país y así revertir la tendencia negativa que, de seguir al ritmo actual, causaría muy serias dificultades a la economía nacional en el futuro inmediato.
Las dos primeras muestras de lo que estaría lográndose con la aplicación del Plan Intensivo de Exploración que implementa YPFB serían las inauguraciones de los trabajos de perforación de dos nuevos pozos. Así, los pozos BBL-16D en Bulo Bulo y el San Miguel X1 ubicado en la provincia Carrasco, fueron presentados por el presidente Evo Morales como los primeros buenos frutos del trabajo de la empresa petrolífera nacional en su afán de descubrir nuevas reservas de gas natural, de condensado y de petróleo crudo.
Es tanta la urgencia de hallar nuevas reservas y proceder tan pronto como sea posible a su explotación, que ambas noticias tendrían que ser portadoras de grandes esperanzas.
Sin embargo, y a pesar de la ansiedad con que se espera este tipo de buenas noticias, hay motivos para temer que la realidad no es tan buena como se la pinta. Es que, como han coincidido en señalar los más reconocidos expertos en la materia de nuestro país, la información proporcionada por los máximos ejecutivos de YPFB no parece todo lo fidedigna que sería de desear.
Entre las razones que dejan demasiado margen para las dudas, se destaca el hecho de que YPFB no ha sido hasta ahora un modelo de transparencia en lo que al manejo de la información se refiere. Los datos imprescindibles para respaldar sus anuncios suelen estar fuera del alcance de quienes los buscan y ese es de por sí un factor que juega en contra de la credibilidad de la información oficial.
Además, y a pesar de ello, son de público conocimiento datos provenientes de épocas anteriores que al ser contrastados con los informes oficiales dan lugar a muchos cuestionamientos. Entre ellos, se han destacado durante los últimos días los relativos a la verdadera situación del pozo BBL-16D, el mismo que, según expertos en la materia, no sería exploratorio, como sostiene YPFB, sino de desarrollo pues su potencial productivo, así como sus limitaciones, ya eran ampliamente conocidas mucho antes, 21 años para ser precisos, de la ejecución del Plan Intensivo de Exploración.
La diferencia entre la versión oficial y la de quienes la observan con una mirada crítica no es pequeña, pues de por medio está nada menos que la efectividad, o la falta de ella, de las políticas hidrocarburíferas que se vienen aplicando en nuestro país desde mayo de 2006. Por consiguiente, si lo que afirma YPFB es lo cierto, habrá que celebrar el fin de casi una década de continuos fracasos en materia exploratoria. Por el contrario, si YPFB está distorsionando la realidad con fines incomprensibles, habrá que suponer que la verdadera situación es aún peor de lo que se temía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario