En los últimos dos meses las autoridades de Gobierno han firmado convenios de intercambio energético con todos nuestros vecinos, excepto Chile. Los convenios están referidos a la venta de electricidad y de GLP incluyendo en el caso del Perú, gas natural.
Según mencionó el Ministro de Energía e Hidrocarburos (MEH), estos convenios son el resultado de la instrucción presidencial de convertir a Bolivia en el corazón energético de Sudamérica. Sin embargo, se puede deducir que la premura en la firma de estos convenios obedece a la caída del precio del petróleo, procurando compensar la disminución de ingresos de la exportación de gas con la exportación de GLP y de electricidad.
De acuerdo a la información disponible, ninguno de los cuatro convenios ha dado lugar aún a contratos de compraventa con especificaciones de volúmenes, precios, plazos y demás términos contractuales. Sin embargo, aun sin tener contratos firmados, en pocos días más se iniciará la construcción de una línea de interconexión eléctrica con la Argentina, y se iniciará también la exportación de GLP al Perú.
Dado que se trata de montos de inversión elevados, que las cantidades exportables son grandes y que la incertidumbre y las contradicciones que rodean a cada convenio de exportación son varias, vale la pena analizar cada uno de ellos por separado. Veamos el caso del GLP.
La exportación de GLP provendrá de la producción de las plantas separadoras de Río Grande y de Gran Chaco.
• La planta de Río Grande debería producir 361 TMD (toneladas métricas por día) de GLP desde su inauguración, el 2013, lo que, según el MEH, deja un excedente exportable de 200 TMD.
• La planta de Gran Chaco tiene una capacidad de producción de 2.247 TMD de GLP y según el MEH este año producirá solamente 1.800 TMD, pero el próximo año será de 2.200 TMD. La producción de ambas plantas dejaría un excedente exportable de 1.200 TMD.
La información de YPFB a marzo de este año, sostiene que la producción total ha sido de 1.035 TMD y que el consumo interno fue de 871 TMD. Esto significa que el excedente exportable durante el primer trimestre de este año fue de 164 TMD.
Sin embargo, sólo se exportaron 40,2 TMD (34,7 TMD a Paraguay y 5,5 TMD a Perú). La posibilidad de que la diferencia de más de 123 TMD hayan salido del país vía contrabando en garrafas es remota porque serían más de 12 mil garrafas por día, volumen que no podría pasar desapercibido en ninguna frontera del país. Esta interrogante debe ser respondida por las autoridades del Gobierno, ya que las cifras no cuadran, por donde se las mire.
Según el Gobierno, la exportación de las 1.200 TMD generaría 100 MM$us (millones de dólares) en el curso del presente año. Esto significa que el precio de venta del GLP sería de 1,1 $us/Galón. Sin embargo el precio spot Mont Belvieu (precio internacional de referencia del propano que es utilizado para valorar el GLP), al 31 de julio de 2015 era de 0.398 $us/Galón, lo que quiere decir que el Gobierno está calculando los ingresos con un precio casi tres veces mayor al precio internacional.
Se debe tener en cuenta que el precio del GLP, al igual que todos los derivados del petróleo, está en descenso desde inicios del 2014.
El principal problema de las dos plantas de separación es la falta de infraestructura para la salida y exportación de los productos. Ninguna tiene poliductos ni caminos asfaltados de evacuación, esto encarece el costo de transporte. Para exportar GLP al Perú tendría que ser transportado en cisternas hasta La Paz, ahí tendría que ser engarrafado y nuevamente ser transportado en camiones hasta Juliaca. Una alternativa para bajar costos sería la de transportar en cisternas hasta Cochabamba e inyectar el GLP al ya saturado poliducto hasta La Paz.
En el Plan de Inversiones de YPFB 2009-2015, se contemplaba la construcción de un propano ducto desde la planta Gran Chaco (Madrejones); en el plan 2015-2019 nuevamente se plantea el propano ducto hasta Río Grande y la adecuación del ducto de Río Grande a Santa Cruz, cuando estos ductos deberían estar operables al mismo tiempo del arranque de la planta de separación.
Otra costosa improvisación es la exportación de GLP en garrafas porque significa el transporte de carga muerta (de ida y de vuelta) de los pesados envases. Un proyecto serio debió considerar el montaje de una engarrafadora en Juliaca desde sus inicios.
La rentabilidad y los costos de los nuevos proyectos de exportación tienen que ser cuidadosamente revisados porque de lo contrario sumarían pérdidas a los ya menguados ingresos de exportación de gas.
El autor es ingeniero químico y petroquímico
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