FICHAS DE DOMINÓ
Las picarescas miradas -pretendidamente seductoras- de Lula Da Silva,
siempre han encerrado algo más que un carisma estudiado para reforzar su fama
de irresistible con las mujeres (lo que confirma que no hay mayor afrodisíaco
que el poder) hasta su metamorfosis de dirigente sindical, luchador y ansioso
de alcanzar logros de superación para los trabajadores, los sin tierra y
también para los indígenas, a lo que ya
se sabe quién es en verdad hoy en día.
El tiempo, que todo lo cura o lo
revela, hace de Lula un gran vendedor de
ilusiones mentirosas, a quien el socialismo sedujo de labios para afuera pero
que una vez en el poder, descubrió las delicias de arrimarse al neoliberalismo,
sino al capitalismo, aunque manteniendo -como todos ellos- la fachada socialista
que sólo ha venido a instituir la corrupción como el vehículo propicio para
mantenerse en el poder y fungir como el líder que se dio el lujo de poner de
sucesora a su incondicional Dilma Roussef, así como Chávez, nada menos que a
Nicolás Maduro.
Toda la suciedad que está rodeando a Lula Da Silva, ya nos hizo ruido a los
bolivianos, cuando percibíamos que la desesperación por construir a como dé
lugar, la rechazada carretera por el medio del Parque Isiboro Sécure, era nomás
un grito de auxilio de Lula a su amigo Evo Morales, para cumplir con sus otros amigos y socios de la OAS, intereses
hoy bajo la iluminada lupa de las investigaciones y que nada tiene que ver con
las expectativas populares ni con las reformas equitativas, sino con la más
clara demagogia electoral. El disfrazado
lobbying que hizo Lula por las grandes empresas brasileras como
Petrobras, Odebrecht o Andrade Gutiérrez, todas ellas bajo investigación por corrupción, está indefectiblemente
arrastrando a la buena Dilma sin remisión.
En su momento, el Partido de los Trabajadores cayó en la trampa -como otros que sabemos- en el discurso armado
para cientos de miles de familias sin tierra en Brasil, que supuestamente encontrarían
en un gobierno del PT, la respuesta a sus postergados anhelos de una verdadera
reforma agraria. Por supuesto que como sucede con el MAS en Bolivia, hubo los
que decidieron mantenerse fieles a los postulados originales, y que son ahora acusados
de traidores a la causa y los otros, más pragmáticos, que se alinearon al nuevo
Lula post elecciones.
Los socialistas del siglo XXI, tienen un denominador común: el uso de las
clases más desprotegidas como escalera para hacerse del poder, para una vez
encaramados, girar hacia donde el sol haga germinar sus propios intereses y
todo ello, mediante la compra inescrupulosa de conciencias, poniendo además, en
puestos claves de la administración del gobierno, a sujetos de la misma ralea. Por
ahora, Lula da Silva no está siendo investigado por el caso Petrobras, pero sí ya
hay veinticuatro detenidos, todos ellos
por él designados.
En el libro sobre José Mujica "Una oveja negra al poder"
raudamente recogido por O Globo, el sui generis ex presidente uruguayo, cava un
poco más la fosa donde está metido Lula Da Silva al narrar un pasaje que no da mucho espacio a la
especulación. Según Mujica, Lula le confesó sobre la veracidad el famoso "mensalao"
(soborno a congresistas) rubricando con un letal "es la única forma de
gobernar al Brasil"
Dilma Rouseff está pasando un noche negra. La última evaluación sobre el
apoyo popular con el que cuenta, ha disminuido a un dramático e histórico 13%
(el de su gobierno a un 7%) Es obvio que ha heredado mucho más que la
presidencia de Lula. Nadie, o casi nadie
cree que ella se ha mantenido ignorante de las maniobras del PT. Se ha establecido que su campaña electoral
del pasado año, contó con jugosos aportes de las constructoras que están
hundiendo a Da Silva y por supuesto, también de Petrobras. Además, pareciera que
las cuentas del gobierno así como de las empresas dependientes del Estado, han
violado las leyes de responsabilidad fiscal.
Las investigaciones son muy serias. Si se demuestran, lo más probable es
que doña Dilma tenga que enfrentar un juicio de responsabilidades (impeachment)
en septiembre que vendrá acompañado de
nuevas protestas y convulsión social que como en el Mundial de Fútbol, estará
en su punto caramelo justo antes de las Olimpiadas del próximo año. Para empezar, este 16 de agosto se dará inicio
a las grandes protestas contra Roussef y su gobierno.
El resultado de las actuales investigaciones, determinará qué tan cuesta
arriba será el camino para Brasil ya no sólo por su lastimada economía, sino por
su cercano futuro político, que tiene previsto recién para el 2018 las nuevas
elecciones. Quién sabe la única diferencia entre el Brasil y los demás países
donde los "progres" están destruyéndolo todo y haciendo de la
impunidad su política de Estado, es que
cuenta con instituciones sólidas muy difíciles de anular. Es justamente
por eso, que sean las más grandes fichas del dominó las que inicien la
vertiginosa cascada.
Karen Arauz
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