SALIR DEL CLOSET
Karen Arauz
Durante la
Segunda Guerra mundial, los homosexuales de las FFAA de Estados Unidos rechazados
por su condición, fueron desplazados a la ciudad de San Francisco y se
instalaron en la calle Castro (de
parentesco desconocido) dando así inicio a la mayor concentración gay del mundo.
Ya alrededor de 1967, miles de jóvenes se reunieron en ese distrito, dando
inicio a lo que se ha dado en llamar "salida del closet" convirtiendo
su movimiento de libertad de derecho de opción sexual en lo que hoy en día es
moneda corriente a lo largo y ancho del mundo mereciendo respeto por actuar tal
y como son.
Algunos países
musulmanes -pese a que la homosexualidad
es habitual desde tiempo inmemoriales- la
niegan abiertamente y hay incluso casos, en que se condena a muerte a los que
se animan a mostrarse públicamente o son sorprendidos en ello, manteniendo una
doble moral y una dualidad de conducta francamente repulsivas.
El tema de la
duplicidad de posiciones, hace que de a poco, se esté empezando a utilizar la
expresión "salir del closet" para otras posturas públicas alejadas de su origen. Puede mencionarse por
ejemplo, las políticas que por interés y conveniencia, ocultan su credo para
accionar tranquilos en el logro de fines poco claros, demostrando que es más conveniente
mantenerse en la oscuridad y secretismo de un armario.
Cada día se hace
más patente el poco apego de algunos líderes por una democracia más allá del grosero
uso de sus formas. Las contiendas electorales son muy cómodas para evitar el
uso de armas, de represión, de encarcelamiento, de confinamiento y las múltiples trampas que el poder les pone a su alcance para lograr sus fines. Hay
quienes en el fondo de sus mentes e intenciones, quisieran utilizar bombas
molotov en vez de discursos, en propinar golpes en lugar de torcidas sonrisas
y en confinar en el más oscuro foso a
sus enemigos políticos en vez de presionarlos para que tengan que salir por la
frontera más cercana despejándoles el camino de sus aviesas pretensiones.
El resultado de
las elecciones municipales en Venezuela, más allá de que es una prueba de que
las ladinas prácticas totalitarias surten su efecto en el instinto básico de
sobrevivencia donde el miedo es un activo ingrediente, es una demostración
indudable que es mejor aparentar lo políticamente correcto jugando a los
demócratas. Cuando entran a la comodidad
de su closet en soledad con sus
propósitos, es donde ríen con sorna por la sencillez con la que se manipula a
los incautos.
El nombrar
alcaldes paralelos en aquellos distritos donde ganó la oposición, no es más que
un "tente quieto" a esas poblaciones por haber tenido la osadía de no
votar por la línea oficialista. No es un misterio el que sólo se proveerán recursos a estos nombrados a dedo
con el afán de convencer a los ciudadanos, que si no están alineados, mal les
irá. La gente por lo general, no entra en profundas disquisiciones y termina aceptando
los designios de los poderosos, círculo al que nunca tendrán acceso.
El último martes
ha sido uno de los días más profusos de
interesantísimas declaraciones públicas y decisiones de los jerarcas del
gobierno. Justo en el día de la
celebración de la Declaración de los Derechos Humanos, la televisión, esa gran indiscreta, nos llevó en vivo y en
directo, sendas arremetidas contra activistas que se dieron modos de ingresar
al muy custodiado auditorio del Banco Central para hacerse escuchar. A las
mujeres, se les asignó policías también mujeres, en la extraña idea que el ser maltratadas por
los del mismo género, es admisible. Y la segunda pateadura física de la fecha fue
la de las hordas activas del MAS, que arremetieron contra la sede del Conamaq
como hace un tiempo a la sub- central Tipnis.
En contraste, varias zonas de La Paz, han vivido jornadas de incomodidad
extrema gracias a los bloqueos y abusos de los choferes del transporte libre,
que como enemigos actuales del Alcalde -por lo tanto sus amigos- obtienen la benevolencia de la Policía Nacional
que ya ni necesita instrucciones superiores
pues sabe solita, a quienes sí hay que reprimir. Esto no es casual.
Los dirigentes
gubernamentales se animan a proclamar por ejemplo, que en el caso específico de
Chaparina, Llorenti no tiene por qué ser enjuiciado y que en su lugar los que deberían estar en la cárcel, son los
que financiaron la 8va. marcha. Sí, esta aseveración fue hecha por el mismo
Presidente que se jacta de ser el orgulloso primer indígena en ocupar ese cargo
y otrora, insigne marchista. Esto se interpreta
como una venia imperial para que sus huestes hagan de las suyas con la condición
que hagan aparecer los hechos como de su libre y espontánea decisión. Tirar la
piedra y ocultar la mano, es de los que se refugian en los closets para ocultar
lo que verdaderamente son. Lo que equivale a decir una cosa y hacer otra. Y
mentir sistemáticamente. Una y otra vez.
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