Crisis inmobiliaria
Humberto Vacaflor
Todavía no ha estallado la burbuja de la construcción, pero está dando señales preocupantes.
El tema es tratado con mucha cautela por los medios pero algunos de ellos están dando a conocer señales de una primera reducción de precios de los inmuebles.
El Deber de Santa Cruz dijo esta semana, en la sección Dinero, que algunos vendedores de casas de “alta gama” han decidido reducir las expectativas de utilidades hasta en 50%.
Se refiere a las casas que tuvieron un costo de 130.000 dólares y que los propietarios pensaban venderlas en 200.000 pero ahora se han resignado a ofrecerlas en menos para no seguir esperando a los compradores.
La información solo menciona a las casas de “alta gama” pero es suficiente para sospechar que el descenso de la demanda y su impacto en los precios abarca también a los inmuebles de inferior precio, sin que se las llamen de “baja gama”.
En suma, que los precios de los inmuebles están cayendo en Santa Cruz, dice el informe aludido, que ofrece detalles de un amplio margen de posibilidades, reflejadas en los precios y la localización de las viviendas.
Es que en esa ciudad se ha dado un exceso de oferta de inmuebles, e incluso de lotes. Se habla ahora de 3.800.000 de lotes en venta, lotes que, sumados, darían cobijo a una ciudad de 17 millones de habitantes.
Si se toma como promedio una superficie de 300 metros cuadrados por lote estaríamos hablando de una extensión casi tan grande como Orlando o dos veces Lima.
El economista Carlos Chalup dice que en los últimos diez años la cantidad de inmuebles de Santa Cruz ha crecido cuatro veces, mientras en el agro no se ha incrementado la superficie cultivada ni siquiera en una hectárea.
Hay una explicación jurídica que sustenta esta información. La propiedad rural no está garantizada en Santa Cruz, pues su tenencia depende de si la propiedad cumple o no con la “función económica y social”. Un funcionario del actual gobierno tiene la potestad de verificar, en cada caso, si se cumple el FES. Cuando dicho funcionario dice que no, pues la propiedad es revertida al Estado, que la concede de inmediato a inmigrantes del resto del país.
En cambio, la propiedad urbana está garantizada. No existe la condición de la FES en las zonas urbanas. Por lo tanto, terrenos que eran rurales han pasado a ser urbanos, incluso en demasía respecto de la demanda, como se ve ahora.
Por el momento, la demanda de viviendas de “alta gama” en Santa Cruz se ha reducido y eso obliga a sus propietarios a reducir los precios para poder venderlas. Si esto es anuncio de que la burbuja de la construcción está a punto de estallar, lo dirá la realidad.
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