En la noche del domingo 17, después de 36 horas de deliberaciones con la COB, el gobierno anunció que podría aumentar los salarios un 11% en lugar del 10% anterior. “Que podría aumentar al 12% se encuentran fuentes de financiamiento”. Como si este 1% o 2% adicional pudiera satisfacer la demanda de los trabajadores. ¡Una burla!
Mientras tanto el ministro Arce Catacora estaba en Estados Unidos prometiendo al FMI que no darían aumento. Arce Catacora, que en Estados Unidos declaró que el gobierno no daría más de un 10% de salario. ¡Una vergüenza! Mientras el gobierno “dialogaba” con la COB sobre el salario, el ministro ya les dijo al FMI que no darían más del 10%.
La COB, sin consultar con sus bases, propuso el 15%, un porcentaje muy inferior al aumento de los alimentos. Pero ni esto quiere ceder el gobierno. Dice que la COB tiene que decir “de donde se financia el aumento”.
Como supuesto argumento contra esta solicitud, Evo Morales dijo que “un aumento del 10 por ciento en los salarios de los sectores de salud, educación, Fuerzas Armadas y Policía demandan un desembolso de 880 millones de bolivianos, que subiría a 3.550 millones si es que se aceptará la exigencia de la COB de incrementar un 15 por ciento a todos los trabajadores”.
Nos quieren marear con cifras. Pero al hablar de “todos los trabajadores” no está hablando ya de gastos del Estado, ya que los trabajadores de la actividad privada no dependen del Estado. En todo caso, de acuerdo a las propias cifras del gobierno aumentar el 15% a salud, educación, militares y policías sólo erogaría un 50% adicional a los 880 millones, es decir 1.320 millones de bolivianos, equivalente a 190 millones de dólares, menos del 20% de las exportaciones de la empresa San Cristóbal. Y todo el aumento salarial del 15% para todos los trabajadores, que el gobierno alega que no erogaría 3.500 millones de bolivianos, es decir 500 millones de dólares, serían equivalentes al 50% de lo que exporta San Cristóbal. Es decir que, un impuesto a la gran minería del 50% podría pagar cómodamente ese aumento.
Lamentablemente, la dirección de la COB no contestó públicamente al gobierno (no sabemos si en lo que hablaron en la vicepresidencia, ignoramos cual fue la discusión en esas 36 horas corridas). Efectivamente el gobierno tiene muchas fuentes de financiamiento posibles y es un engaño a los trabajadores de que “no se puede” dar aumento salarial. En realidad el salario real, es decir los bienes, especialmente alimentos, que se pueden comprar con el salario de un trabajador han disminuido. Porque al revés de lo que dijo Evo, el salario no aumentó más que la inflación, sino menos. Lo que sucede que el INE nos miente sistemáticamente sobre la inflación. Da porcentajes ridículos de aumento de los precios que no se compadecen con lo que vemos todos los días en los mercados. Si en una economía que crece, aumentaron las exportaciones mineras casi al doble, el salario real disminuye, alguien se lleva la diferencia. Y ese alguien son centralmente las transnacionales y la agroindustria terrateniente a los que el gobierno defiende. Por eso es tan fácil demostrar que con un impuesto del 50% de lo que exporta sólo la San Cristóbal alcanzaría para pagar un aumento del 15% a todos los trabajadores del país. ¿Acaso no se le ocurre esa solución a los economistas oficiales? Evidentemente ni piensan en esa posibilidad, porque para ellos defender a las ganancias de las transnacionales es fundamental para mantener esta economía capitalista. Con el gasolinazo y con la baja del salario real, intentan aumentar la ganancia de los grandes capitalistas. Así de simple es la economía si no nos mareamos con tecnicismos que utilizan para engañarnos.
Cabe destacar que mientras Evo, después de pasarse 3 días en Tarija, se paseaba por Santa Cruz y Quillacollo, adonde nadie lo llamó, no acudió a la reunión con la COB. Evidentemente porque no tenía nada que ofrecer.
Por otro lado, su ministro Arce Catacora, se fue a Estados Unidos a hablar con el FMI. Este organismo internacional, instrumento del imperialismo, que tan nefasto rol tuvo en el pasado en Bolivia y en todos los países sometidos, dice ahora que la economía latinoamericana se está “recalentando” y que hay peligro de inflación por el aumento de las materias primas y alimentos. Y que, entonces, aunque hay que dar algunos bonitos a los pobres, no hay que dar aumento de salarios porque esto “provoca inflación”. El mismo argumento que dicen hace décadas. Con la diferencia de que ahora hay un crecimiento económico, que ellos mismos admiten. Para controlar la inflación al FMI tampoco se le ocurre controlas las ganancias de las transnacionales y aplicarles fuertes impuestos. La forma de controlar es quitarle salarios a los trabajadores. Esto es lo que recomiendan. Y esto es lo que acata su buen alumno Arce Catacora.
Es exactamente lo contrario al programa que levantó el pueblo boliviano en la guerra del gas, la Agenda de Octubre del 2003 que era expropiar a las transnacionales sin indemnización para industrializar en nuestro país y dar trabajo. Esta es la propuesta del pueblo boliviano y esta es la fuente de financiamiento que el gobierno dice que le digan. Pero, no hay peor sordo que el que no quiere oír.
La conducción de la COB dice que va a consultar con las bases si acepta o no. Sin embargo no consultó cuando pidió el 15%. Ahora tampoco le contesta al gobierno como debería, recordando la Agenda de Octubre, el programa por el que dieron su sangre los trabajadores y el pueblo. De esta forma Montes está llevando a una gran confusión a los trabajadores que lucharon con mucho sacrificio y fuerza durante 10 días.
Por supuesto que es correcto que los trabajadores decidan ahora qué hacer, si continuar o no la huelga. Por nuestra parte, desde La Protesta, insistimos en que es necesario un plan de lucha mucho más fuerte, con un comité de huelga amplio que incluya a delegados electos por asambleas de los sectores que llevan adelante la lucha, maestros fabriles, mineros, salud, que incluya a otros sectores populares, campesinos e indígenas, regiones como Potosí, la ciudad de El Alto con su reclamo de una Petroquímica, incorporando sus demandas para derrotar el plan económico de hambre que nos quieren imponer el FMI y el gobierno. El movimiento obrero, ante un gobierno sordo que se burla del pueblo y acuerda con el FMI, debe ahora dialogar con otros sectores populares, convocándolos a una lucha común.
18 de abril 2011
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